Los abogados del expresidente Donald Trump rechazaron este viernes que el republicano hubiera cometido el delito de "incitación a la insurrección" por el que se le acusa en el juicio político, puesto que, según argumentaron, no solo sus palabras están protegidas por el derecho a la libertad de expresión sino que ni siquiera tuvo lugar una insurrección el pasado 6 de enero, cuando una turba asaltó el Capitolio.
"El tema crítico en este caso es la cuestión muy limitada que se le imputa al 45º presidente, y esa cuestión es si el 45º presidente se involucró en una incitación, ¿continúan diciendo, insurrección? Claramente no hubo insurrección", alegó Bruce Castor, uno de los letrados que representan al exmandatario en el Senado.
¿Continúan diciendo, insurrección? Claramente no hubo insurrección"
Bruce Castor, abogado del expresidente Donald Trump
Castor sostuvo que el "término" insurrección involucra el "hacerse con un país". "Un gobierno en la sombra, haciéndose con el control de las cadenas de televisión y con algún plan sobre qué hacer una vez has tomado el poder. Claramente esto no fue eso", agregó.
Los abogados defensores del expresidente Donald Trump hicieron hincapié durante esta cuarta jornada del proceso en que no existieron planes por parte de los manifestantes de hacerse con el control del Capitolio el 6 de enero.
La defensa acusó a su contraparte actuar motivados, no por argumentos, constitucionales, sino por animadversión e interés político.
“Odio, enemistad, división, rédito político. Para los demócratas de la Cámara de Representantes, Trump es el mayor enemigo al que atacar”, dijo David Schoen, uno de los abogados del exmandatario en su testimonio inicial el viernes.
La defensa del republicano rechazó la tesis de los legisladores demócratas de que el discurso que dio Trump a sus seguidores el 6 de enero incitó a la violencia en el Capitolio. El entonces presidente dijo a los asistentes que “lucharan como fieras” minutos antes de que un turba marchara hacia el palacio legislativo, llevando a cabo un asalto que dejó cinco muertos, entre ellos un policía.
El equipo legal del expresidente proyectó, como parte de su evidencia en el juicio, un video de varios minutos con extractos de discurso y entrevistas de figuras del Partido Demócrata utilizando la palabra “luchar”.
“Ustedes no hicieron nada malo” al usar la palabra, dijo Schoen, “pero, por favor, paren la hipocresía”.
Los abogados presentaron la tesis de que, en su discurso, Trump no usó la expresión para referirse a violencia en el sentido literal sino a luchar por el proceso democrático y pedir reformas legislativas en el proceso electoral. “Toda la premisa de sus declaraciones fue que el proceso democrático debería llevarse a cabo siguiendo la ley”, dijo uno de los juristas representando a Trump, Michael van der Veen.
Durante el conteo electoral, que se prolongó por semanas debido a que la pandemia por coronavirus aumentó el voto por correo, Trump promovió una serie de teorías infundadas clamando fraude electoral. El exmandatario y su equipo de campaña presentaron sus denuncias en decenas de cortes en todo el país, que fueron rechazadas por los jueces por falta de pruebas.
Para los demócratas de la Cámara de Representantes, Trump es el mayor enemigo al que atacar”
David Schoen, abogado del expresidente Donald Trump
El expresidente continuó repitiendo estas ideas después de que los estados certificaran los resultados de las elecciones y el mismo día del asalto al Capitolio, el 6 de enero, cuando el Congreso debía refrendar los resultados de las elecciones. El asalto suspendió el proceso de certificación por varias horas, ya que los congresistas fueron escoltados fuera del hemiciclo, pero se retomó antes de la medianoche.
Los abogados del presidente argumentaron, además, que solo fue un “pequeño grupo” de asistentes el que participó en el asalto y que el evento fue “apropiado”.
“El 6 de enero, un grupo pequeño que vino a participar en violencia y comportamiento amenazante secuestró el evento para sus propios objetivos. Es aparente que extremistas de diferentes tipos y lineamientos políticos planearon con antelación” el ataque, señaló Van der Veen.
Los asaltantes portaron banderas y gorras con el logo de campaña de Trump e incluso gritaron cánticos diciendo que el presidente “los invitó”, de acuerdo con fotos y videos tomados ese día por reporteros y por las cámaras de seguridad del Capitolio.
La defensa de Trump comenzó al mediodía; aunque sus abogados tienen derecho a 16 horas de discusión durante dos días, un portavoz dijo el jueves que esperan terminar su caso este mismo viernes.
El turno de preguntas
La sesión de la tarde continuó con preguntas de los senadores a ambas partes, acusadores y defensores.
Una de las preguntas, de parte de la senadora republicana Susan Collins, fue dirigida a los senadores de su partido y a la defensa del expresidente Trump, planteaba cuándo se enteró el entonces presidente de lo que sucedía en el Capitolio y qué habría hecho para detener los disturbios.
El abogado Michael van der Veen, dijo que los abogados del juicio en ningún momento investigaron sobre este tema. “Con la prisa por realizar este juicio político, no ha habido absolutamente ninguna investigación al respecto”, espetó van der Veen.
En un giro entre acusaciones y argumentos, el juicio se fue a comentarios de ambas partes sobre el debido proceso al que tiene derecho cualquier acusado.
Uno de los gestores del juicio, el fiscal Jamie Raskin, aseguró que Trump “estaba encantado de que esto pasara” y seguidamente volvió a citar la llamada de Trump al senador Tommy Tuberville por medio del senador Mike Lee, republicano de Utah.
Raskin insistió en que Trump continuaba presionando a Tuberville para que modificara del algún modo su votación en el proceso de validar la victoria de Biden en el Senado aquel 6 de enero.
Se espera que las sesiones reinicien el sábado a las 10:00 am concluyan las exposiciones y se proceda a votación final alrededor de las 3:00 pm sobre condenar o absolver a Trump. En caso de ser declarado culpable, habrá una segunda votación para determinar si se puede o no volver a ocupar un cargo público.