Autoridades federales y locales han arrestado a casi 1.500 personas como parte de una iniciativa conjunta de lucha contra el crimen violento lanzada el mes pasado en las principales ciudades de EE.UU. que luchan contra un aumento de homicidios y tiroteos, anunció el miércoles el secretario de Justicia, William Barr.
Los arrestos se realizaron en el marco de la Operación Legend, una iniciativa coordinada que lleva el nombre de LeGend Taliferro, un niño de cuatro años asesinado a tiros a fines de junio mientras dormía en su casa en Kansas City.
El esfuerzo se lanzó en Kansas City el 8 de julio y desde entonces se ha expandido a otras ocho ciudades. El presunto asesino de Taliferro fue arrestado la semana pasada.
“Este arresto no traerá de vuelta a LeGend, pero nuevamente convierte su caso en un ejemplo de cómo podemos unirnos para sacar a los criminales violentos de las calles y hacer que nuestras comunidades sean más seguras”, dijo Barr en una conferencia de prensa en Kansas City a la que asistieron la madre de Taliferro y funcionarios policiales de todo el país.
La Operación Legend no está relacionada con el más polémico despliegue de agentes federales de aplicación de la ley en Portland, Oregon. Las autoridades dicen que los agentes fueron enviados allí para proteger un tribunal federal de los manifestantes a quienes la administración Trump había acusado de atacar propiedades y oficiales federales.
Bajo la Operación Legend, el gobierno federal ha enviado a más de 1,000 agentes federales a las nueve ciudades para trabajar con los agentes del orden locales, dijo Barr. Los agentes provienen del FBI, DEA, ATF y el Servicio federal de Alguaciles.
De los casi 1.500 arrestados bajo la Operación Legend, alrededor de 217 han sido acusados de delitos federales, según el Departamento de Justicia. Chicago ha tenido el mayor número de arrestos federales, con 61 personas acusadas de una variedad de delitos federales que van desde armas de fuego hasta delitos relacionados con drogas.
La Operación Legend fue lanzada por Barr en medio de un aumento en la violencia armada y los homicidios en las principales ciudades estadounidenses en los últimos meses. Sin embargo, la tasa general de delincuencia en los Estados Unidos se mantiene muy por debajo de su pico de principios de la década de 1990.
Barr, quien se desempeñó por primera vez como Secretario de Justicia de 1991 a 1993, atribuyó el declive de la delincuencia durante décadas a iniciativas que lanzó entonces y que se centraron en organizaciones de drogas, pandillas y delincuentes con armas de fuego, así como una mayor colaboración entre las autoridades federales y locales.
Durante los dos últimos años de la administración Obama, 2015 y 2016, dijo Barr, los delitos violentos aumentaron. Pero la administración Trump ayudó a revertir la tendencia, afirmó.
La mayoría de los criminólogos creen que las fluctuaciones en la tasa de delincuencia tienen poco que ver con las políticas federales, y señalan el papel limitado del gobierno federal en la aplicación de la ley en un país con aproximadamente 18.000 agencias.
Los criminólogos dicen que varios factores pueden estar detrás del reciente aumento en los delitos violentos. Entre ellos: el clima cálido de verano; más gente en las calles a medida que los estados reabren sus economías; y una creciente erosión de la confianza pública en la aplicación de la ley en medio de las continuas protestas por la muerte en mayo del afroestadounidense George Floyd mientras se encontraba bajo custodia policial en Minneapolis.
