Estados Unidos anunció el jueves que requerirá al centro que opera el Instituto Confucio registrarse como una misión extranjera del Partido Comunista chino, alegando que sus cursos de lengua china son parte de una campaña de influencia y propaganda en Estados Unidos.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, presentó en un comunicado al Centro Estadounidense del Instituto Confucio en Washington como “una entidad que promueve la propaganda global de Beijing y una maligna campaña de influencia en los recintos universitarios y las escuelas primarias de Estados Unidos” y dijo que se aprovecha de la sociedad abierta estadounidense.
El anuncio fue posterior a otro enfrentamiento sobre el futuro de la popular aplicación de video TikTok. En los últimos meses, Estados Unidos y China han chocado en temas como la pandemia de coronavirus, las libertades civiles en Hong Kong, las violaciones de soberanía en el mar de la China Meridional y el comercio.
Los funcionarios estadounidenses han advertido sobre los intentos de agentes de China para robar secretos comerciales y militares, especialmente en las universidades.
David Stilwell, el principal diplomático estadounidense para el este de Asia, aclaró que el Instituto Confucio no será prohibido.
“No los estamos expulsando. Solamente destacamos el hecho de que ellos trabajan para el Ministerio de Educación del Partido Comunista” chino, explicó.
En mayo, un grupo bipartidista del organizaciones políticas en universidades, el Comité Nacional Republicano Universitario y Demócratas de Universidades de Estados Unidos, emitieron una carta abierta que pedía el cierre de todos los Institutos Confucio en el país, citando el historial de derechos humanos de China y con énfasis particular con la represión en Hong Kong.
Sin embargo, en enero, la Asociación de Institutos y Universidades de Estados Unidos expresó un punto de vista diferente.
“Apoyamos el tipo de trabajo hechos por los Institutos Confucio en cuanto a establecer bibliotecas, financiar clases de lengua china y promover intercambios culturales”, dijo a la Voz de América la presidenta de esa entidad, Lynn Pasquerella.
"China es nuestro mayor colaborador en investigaciones científicas y un exceso de monitoreo tendrá un impacto negativo en el conocimiento generacional”, añadió.
Las organizaciones designadas como misiones extranjeras deben presentar reportes al gobierno estadounidense sobre su financiamiento, personal, planes de estudio y actividades que tengan lugar en Estados Unidos.
Alrededor de 500 escuelas primarias y 65 capítulos universitarios operados por el instituto podrían ser afectados por la nueva designación, que requiere cambios en los procedimientos organizativos o su programación.
Los intercambios académicos seguirán como están, dijo Stilwell, pero exhortó a las universidades a observar con más rigor sus lazos con programas originados en China.
Pompeo dijo que quiere asegurar que las escuelas estadounidenses “puedan hacer decisiones informadas de hasta qué punto estos programas respaldados por el Partido Comunista chino deben continuar y si prosiguen, en qué condición”.
A principios de este año, el gobierno estadounidense declaró que cuatro medios de prensa chinos serían añadidos a la lista de “misiones extranjeras” a causa de su relación con el gobierno de China.
Según Stilwell, el gobierno estadounidense está abierto a restaurar las buenas relaciones con Beijing, pero expresó frustración que sus preocupaciones parecen ser ignoradas.
“Estamos discutiendo con ellos y enfatizando en que necesitan abordar nuestras preocupaciones fundamentales y que tomaremos medidas si no lo hacen”, añadió.
