La abrupta cancelación de todos los viajes del Departamento de Estado esta semana ha dejado sin efecto dos importantes viajes de alto perfil: una visita sin precedentes a Taiwán de Kelly Craft, la embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, y una visita final a Europa del secretario de Estado Mike Pompeo.
La embajadora Craft debía llegar a Taiwán el miércoles para una visita de tres días que incluiría reuniones con la presidenta Tsai Ing-wen y otros altos funcionarios. Los funcionarios chinos habían exigido la cancelación del viaje, lo que habría puesto fin a la prohibición autoimpuesta por Washington de mantener contactos de alto nivel con la isla autónoma cuya soberanía reclama Beijing.
Mientras tanto, Pompeo tenía previsto viajar a Luxemburgo y Bruselas, donde planeaba reunirse con líderes de la Unión Europea.
Todo eso se detuvo abruptamente el martes cuando la portavoz del Departamento de Estado, Morgan Ortagus, anunció que el departamento cancelaría todos los viajes oficiales esta semana, citando la transición a la administración entrante del presidente electo Joe Biden, quien asumirá el cargo la próxima semana.
A pesar de la explicación oficial, altos funcionarios de la UE sugieren que el viaje de Pompeo fue cancelado por otras razones. Dicen que Bruselas había comunicado entre bastidores que el viaje sería incómodo e inapropiado, ya que se produciría poco después del asalto al Capitolio de Estados Unidos, tras un discurso ese día del presidente Donald Trump a sus seguidores.
"No nos sentíamos cómodos con el momento del viaje", dijo un alto funcionario de la UE a la Voz de América que pidió el anonimato para este artículo. "Hubiera sido incómodo incluso si la violencia de la semana pasada no hubiera ocurrido, pero con eso también incluido, la óptica de la visita habría sido incorrecta para nosotros", agregó el funcionario.
El martes, antes de que el Departamento de Estado anunciara que el viaje sería cancelado, la Comisión Europea dijo que ningún alto funcionario de la UE se reuniría con Pompeo. Los funcionarios de la UE se negaron a dar más detalles.
El ministro de Relaciones Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, tenía programado ver a Pompeo durante su parada allí. Pero, también antes de la declaración del Departamento de Estado, los funcionarios del Gran Ducado dijeron que la reunión no se llevaría a cabo.
El primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, tuiteó horas después de los disturbios en el Capitolio: “La violencia contra el #Capitolio es un ataque atroz a los cimientos de la democracia y la libertad de prensa. Confiamos en la fuerza del pueblo y las instituciones estadounidenses para superar estos tiempos de división y esperamos que el presidente electo @JoeBiden asuma esta tarea".
Otro tanto en Taiwán
Días antes de la salida programada de Craft, Pompeo había emitido una declaración para aliviar las restricciones a los contactos entre funcionarios diplomáticos estadounidenses y sus homólogos taiwaneses. La visita habría puesto a prueba la reacción de Beijing.
Zhu Fenglian, portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán de China, dijo a los periodistas el miércoles que China se opone firmemente a todos los contactos oficiales entre Estados Unidos y Taiwán.
Beijing considera a la isla como parte de su territorio a pesar de que ha sido autónoma desde el final de la guerra civil de China, en 1949, cuando las fuerzas nacionalistas de Chiang Kai-shek fueron expulsadas del continente por los comunistas de Mao Zedong.
China intensificó los vuelos militares a la zona de identificación de defensa aérea de Taiwán después de que el secretario de Salud y Servicios Humanos, Alex Azar, viajara a Taiwán en agosto y el subsecretario del Departamento de Estado, Keith Krach, llegara un mes después.
* Jamie Dettmer contribuyó a esta historia.