El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el miércoles un memorando que establece que los estados y localidades que "permitan la anarquía, la violencia y la destrucción" en sus calles no recibirán fondos federales.
"Es la política y el propósito del Gobierno de Estados Unidos el proteger las vidas y propiedades de toda la gente en Estados Unidos ante actos ilegales de violencia y destrucción", señala el documento divulgado por la Casa Blanca.
Con la firma de este documento, el Ejecutivo da un plazo de 14 días a la Oficina de Gestión y Presupuestos de la Casa Blanca (OMB, por sus siglas en inglés) para que identifique qué autoridades estatales y locales no estarían acatando lo estipulado.
La decisión se produce en un momento en que Estados Unidos sufre una oleada de protestas, surgidas a raíz de la muerte del afroestadounidense George Floyd, el pasado 25 de mayo, cuando se encontraba bajo custodia policial.
Desde entonces, cientos de miles de personas han tomado las calles de manera pacífica por todo el país. Sin embargo, algunas de estas manifestaciones se han tornado violentas, con saqueos, incendios y enfrentamientos entre manifestantes y grupos de extrema derecha.
"Sin ley y orden la democracia no puede funcionar", afirma Trump en el documento.
El presidente ha acusado en reiteradas ocasiones a anarquistas y personas de movimientos antifascistas de estar detrás de los actos de violencia y a la oposición de permitir los alborotos. El pasado lunes, el candidato demócrata a la presidencia, el exvicepresidente Joe Biden, condenó los actos de violencia y acusó al mandatario de azuzar la violencia.
En este sentido, el documento vuelve a hacer referencia a los anarquistas, pero evita mencionar a grupos supremacistas blancos.
El memorando señala que se retirará los fondos a aquellos gobiernos que no "identifiquen a los anarquistas" ante el Departamento de Justicia, que no permitan a las fuerzas de seguridad federales actuar para "restaurar el orden" o que reduzcan los presupuestos de sus departamentos de policía.
A poco más de dos meses para las elecciones presidenciales, Trump ha decidido centrar su campaña en el mensaje: "ley y orden". Algunos funcionarios y miembros de la oposición han acusado al presidente de pintar un panorama peor de lo que en realidad es y, sobre todo, de querer agravar la situación para obtener réditos políticos.
La decisión, en todo caso, probablemente acabe en los tribunales ya que los fondos del Gobierno federal proceden de los impuestos de esos mismos ciudadanos que podrían ahora verse perjudicados por la medida.