La idea de enviar un robot para que se pose sobre la superficie helada de Europa la luna de Júpiter, está siendo considerada por la agencia espacial de Estados Unidos (NASA), en el entendido de que es el lugar que tiene más probabilidad de albergar algún tipo de vida extraterrestre en el sistema solar.
La idea ha dado un gran paso adelante tras un informe del grupo de estudio de la NASA que detalla cómo podría ser el viaje a Europa.
Los científicos consideran a Europa como un objetivo muy tentador dado que creen que hay un gran océano de agua líquida bajo la corteza helada, que podría ser el hogar de algún tipo de vida extraterrestre.
Definitivamente "si un día los seres humanos envían un robot capaz de aterrizar sobre la superficie de Europa, tenemos que saber qué es lo que vamos a buscar y qué herramientas debe llevar", dijo Robert Pappalardo, el principal autor del estudio, desde su oficina en el Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA, en Pasadena, California.
"Todavía se necesita mucha más preparación antes de poder aterrizar en Europa, pero los estudios de este tipo nos ayudarán a centrarnos en las tecnologías necesarias para lograrlo y los datos necesarios para ayudarnos a explorar a posibles lugares de aterrizaje" explicó dijo.
"Europa es el lugar más probable en nuestro sistema solar, más allá de la Tierra, que en la actualidad puede albergar algún tipo de vida, y enviar una misión que aterrice” sobre la superficie de la luna de Júpiter, “sería la mejor forma de explorar en busca de señales de vida".
En realidad, lo que los científicos necesitan son mejores fotos más detalladas que las enviadas por la nave espacial Voyager 2 de la NASA en 1979 y la nave espacial Galileo de la NASA a mediados de la década de 1990.
Se necesitan fotos "a escala humana" para proporcionar un mejor contexto acerca de la composición de Europa, advierten. Otra pregunta se refiere a la actividad geológica en la luna de Júpiter.
"El aterrizaje en la superficie de Europa sería un paso clave en la investigación astro-biológica de ese mundo", dijo Chris McKay, editor principal de la revista Astrobiology, que tiene su sede en el Centro de Investigación Ames de la NASA en California.
El documento sobre la investigación fue publicado en la revista Astrobiology.
La idea ha dado un gran paso adelante tras un informe del grupo de estudio de la NASA que detalla cómo podría ser el viaje a Europa.
Los científicos consideran a Europa como un objetivo muy tentador dado que creen que hay un gran océano de agua líquida bajo la corteza helada, que podría ser el hogar de algún tipo de vida extraterrestre.
Definitivamente "si un día los seres humanos envían un robot capaz de aterrizar sobre la superficie de Europa, tenemos que saber qué es lo que vamos a buscar y qué herramientas debe llevar", dijo Robert Pappalardo, el principal autor del estudio, desde su oficina en el Laboratorio de Propulsión Jet de la NASA, en Pasadena, California.
"Todavía se necesita mucha más preparación antes de poder aterrizar en Europa, pero los estudios de este tipo nos ayudarán a centrarnos en las tecnologías necesarias para lograrlo y los datos necesarios para ayudarnos a explorar a posibles lugares de aterrizaje" explicó dijo.
"Europa es el lugar más probable en nuestro sistema solar, más allá de la Tierra, que en la actualidad puede albergar algún tipo de vida, y enviar una misión que aterrice” sobre la superficie de la luna de Júpiter, “sería la mejor forma de explorar en busca de señales de vida".
En realidad, lo que los científicos necesitan son mejores fotos más detalladas que las enviadas por la nave espacial Voyager 2 de la NASA en 1979 y la nave espacial Galileo de la NASA a mediados de la década de 1990.
Se necesitan fotos "a escala humana" para proporcionar un mejor contexto acerca de la composición de Europa, advierten. Otra pregunta se refiere a la actividad geológica en la luna de Júpiter.
"El aterrizaje en la superficie de Europa sería un paso clave en la investigación astro-biológica de ese mundo", dijo Chris McKay, editor principal de la revista Astrobiology, que tiene su sede en el Centro de Investigación Ames de la NASA en California.
El documento sobre la investigación fue publicado en la revista Astrobiology.