Una demanda fue presentada ante un tribunal federal en la que se acusa a la NFL, los Cowboys de Dallas y al propietario del equipo Jerry Jones de haber engañado a cientos de aficionados que adquirieron entradas para el Super Bowl y que luego se encontraron que no tenía asientos o que los mismos no eran los adecuados.
La demanda, presentada en Dallas, reclama una violación de contrato, fraude y venta engañosa.
La misma fue presentada a nombre de los aficionados que no pudieron sentarse en las butacas para el partido del domingo 6 de febrero (2011) entre los Packers de Green Bay y los Steelers de Pittsburgh, en Arlington, Texas, por un atraso en la construcción de una grada temporal.
También se hizo a nombre de propietarios de entradas de temporada completa de los Cowboys, que se quejaron de que fueron colocados en sitios con vistas inadecuadas.
Unas 400 personas se vieron obligadas a renunciar a sus butacas para el partido, que los Packers le ganaron por 31-25 a los Steelers y algunos tuvieron que ver el partido en pantallas de televisión o en plataformas para espectadores de pie en las esquinas del Cowboys Stadium.