Los marcadores de colores colocados a ambos lados de un pequeño río (azul y blanco para Finlandia, rojo y verde para Rusia) son todo lo que separa a los dos países en los campos azotados por el viento de la región de Karelia del Sur. La frontera se extiende 1.340 kilómetros, desde el Mar Báltico hasta el Ártico, en lo que supone un grandioso desierto congelado y escasamente poblado.
Durante décadas, los dos países han mantenido relaciones pacíficas, basadas en la política de neutralidad y no alineación de Finlandia posterior a la Segunda Guerra Mundial. Pero esta simple frontera pronto podría convertirse en una frontera entre Oriente y Occidente: toda una nueva falla geopolítica.
El gobierno de Finlandia dijo el jueves que el país debería solicitar de inmediato su adhesión a la OTAN en respuesta a la invasión de Ucrania por parte de Rusia, lo que supondría derribar una piedra angular de la política exterior finlandesa en el plazo de unas pocas semanas. Los legisladores finlandeses votarán sobre el tema en los próximos días antes de la esperada solicitud oficial de membresía en la OTAN, en lo que probablemente sea un proceso de conjunto con Suecia.
Es probable que la admisión de Finlandia en la alianza sea una formalidad. Crearía, con mucho, la frontera terrestre más extensa entre la Alianza Atlántica y Rusia.
Moscú ha amenazado con lo que llama una "respuesta técnica militar" si Finlandia se une a la OTAN. Hay temores de que la frontera se convierta en un punto crítico.
Este sábado, el presidente ruso Vladimir Putin dijo a su homólogo finlandés que sería un "error" que Finlandia se uniera a la OTAN, según un comunicado del Kremlin.
"¿Podría entonces Rusia intentar la estrategia, digamos, de Georgia, y tratar de crear algún tipo de conflicto congelado, invadir una pequeña parte de Finlandia con las pocas fuerzas que le quedan? Ciertamente, podría intentarlo, pero Finlandia se ha preparado para esto militarmente", dijo a la Voz de América Charly Salonius-Pasternak, analista del Instituto Finlandés de Asuntos Internacionales.
Por ahora, no hay presencia militar visible en el lado finlandés, y poco hace sospechar de un posible surgimiento de una nueva Cortina de Hierro, como la que separó Europa en la Guerra Fría.
Impacto desconocido
El capitán de la guardia fronteriza finlandesa Jussi Pekkala supervisa las operaciones en el paso fronterizo de Vaalimaa. “No sabemos qué pasará y cómo cambiará la situación entre nuestros países. Pero en este momento la situación está tranquila y el tráfico fronterizo fluye sin problemas”, dijo a la VOA en una reciente visita a la frontera.
Cuando Rusia invadió a Ucrania en febrero, dijo Pekkala, hubo un breve aumento en los cruces. "Tuvimos a muchas personas que huían de Rusia. Por supuesto, europeos, estadounidenses. En realidad, venían como de 52 nacionalidades".
Ahora, el tráfico transfronterizo se ejecuta a solo el 10 % de los niveles normales. La vacuna Sputnik de Rusia contra el coronavirus no está aprobada en la Unión Europea, por lo que la mayoría de los rusos no han podido ingresar al bloque durante los últimos dos años.
Europa no ha introducido restricciones de viaje para los visitantes rusos desde la invasión de Ucrania, pero el intento de Finlandia de unirse a la OTAN podría sofocar el goteo restante de visitantes a medida que aumentan las tensiones.
La caída ha dañado la economía regional. Los centros comerciales fronterizos que venden marcas europeas de lujo a los consumidores rusos están vacíos.
Kimmo Jarva, alcalde de Lappeenranta, la ciudad más grande de la región y un destino popular para los visitantes rusos, dijo que el impacto ha sido significativo.
"Estamos acostumbrados a la cooperación con los rusos. Aquí, por ejemplo, viven más de 3.000 habitantes de habla rusa. Casi 2 millones de rusos venían cada año a esta zona. Pero ahora vienen muy pocos turistas. Y hemos estimado que estamos perdiendo un millón de euros (unos 1,04 millones de dólares) todos los días debido a esta situación", explicó Jarva a VOA.
Gran parte de lo que suceda en la frontera dependerá de Rusia y su reacción a la candidatura de Finlandia a la OTAN. Mientras tanto, los escalofríos por el rápido empeoramiento de las relaciones entre el Este y el Oeste se sienten profundamente en esta frontera.
[Mari-Leena Kuosa contribuyó a este reportaje]
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