Muchos estadounidenses se muestran optimistas y a la vez reacios a perder el espíritu navideño a pesar de las restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus, entre ellas las que aconsejan que las familias mantengan las normas de distanciamiento social y no celebren en grandes grupos. Las calles y casas decoradas demuestran que la Navidad llegó.