La llegada de la pandemia, impactó de manera drástica al sector comercial y los trabajadores informales en Venezuela no escapan de esta realidad. Los vendedores de perros calientes en la ciudad de Caracas han disminuido notablemente. Algunos se mantienen trabajando clandestinamente, pues la policía no permite que vendan ni siquiera en la modalidad de entrega a domicilio; otros han tenido que abandonar sus puestos de trabajo.