Los gobernadores de Estados Unidos están preocupados por las acciones del gobierno para solucionar la crisis en la frontera y por los gastos que supondría albergar a estos niños en sus jurisdicciones.
La secretaria de Salud y Servicios y Humanos, Sylvia Matthews Burwell re reunió en privado con miembros de la Asociación Nacional de Gobernadores, en momentos donde se define si el Congreso aprobará o no fondos adicionales para atender a la crisis.
Burwell declinó dar declaraciones a la prensa, pero los gobernadores expresaron que su mayor preocupación es el gasto que representa para sus arcas recibir en sus jurisdicciones a centenares de niños migrantes.
El gobernador demócrata de Colorado, John Hickenlooper, mencionó que sus ciudadanos están “agobiados” por todo tipo de inconvenientes y no quieren “otra carga sobre su estado”.
Otros, como el gobernador republicano de Nebraska, Dave Heineman, expresó su malestar al enterarse que 200 niños migrantes serían trasladados a su Estado sin haber sido informado por las autoridades de inmigración.
“Gobernadores y alcaldes tenemos el derecho de saber cuando el gobierno federal está transportando un grupo grande de individuos, en este caso inmigrantes indocumentados, a nuestro estado. Nosotros necesitamos saber quiénes son y ellos –las autoridades- están diciendo que no nos van a dar esa información”, expresó el gobernador de Nebraska.
Un portavoz del Departamento de Salud dijo que en el caso de Nebraska los niños no serán trasladados a algún edificio temporal, sino se entregarán en custodia a algún familiar del menor y que debían por ley mantener privacidad sobre la identidad de los niños.
Esta política en el tratamiento de menores de edad que ingresan ilegalmente a EE.UU. es otro de los puntos que está siendo criticado en el Congreso.
Gobernadores como el de Wisconsin, Scott Walker, y el de Nueva Jersey, Chris Christie, coinciden, junto a otros legisladores, en que no se puede concebir que entreguen a los niños en custodia de personas a quienes no les verifican su estatus de inmigración.
"Queremos asegurarnos que los coloquen en un hogar seguro y con apoyo, pero además debería ser alguien que tenga autorización para vivir en el país y que se responsabilice de que comparezcan ante los tribunales", dijo el gobernador de Iowa, Terry Branstad.
La patrulla fronteriza ha reportado que el número de menores de edad que han ingresado ilegalmente a EE.UU. asciende a 57.000 y proyectan que la cifra puede alcanzar los 90.000 para fines del año fiscal que culmina el 1 de octubre.
Por otro lado se está a la espera de una decisión en el Congreso para ver si destina o no los $ 3.7 mil millones de dólares que ha solicitado el presidente Obama para atender a la crisis humanitaria en la frontera.