Los camiones de venta de comida de la organización benéfica Salvation Army están estacionados en vecindarios de personas de bajos ingresos en Chicago, Atlanta y Los Ángeles no para vender comida, sino para distribuir alimentos gratis durante la pandemia del nuevo coronavirus.
“La mayoría de las personas a las que servimos viven en la pobreza o son jornaleros”, dijo Dale Bannon, director de Relaciones Comunitarias del Salvation Army. “Muchos de ellos fueron los primeros en ser despedidos de sus empleos y están desempleados actualmente, así que tenemos que encontrar soluciones creativas para llevar comida a personas que la necesitan desesperadamente”.
Organizaciones caritativas como el Salvation Army de Estados Unidos han estado al frente de la crisis en el país, donde la necesidad de programas de alimentación comunitaria se ha duplicado en muchas áreas.
“También estamos ayudando a personas en refugios para desamparados y suministrándoles alimentos con frutas frescas y vegetales”, dijo Bannon, quien además entrega productos enlatados que pueden alimentar a una familia de cuatro personas durante una semana.
La demanda de alimentación también está aumentando entre las personas de la tercera edad, dijo Ellie Hollander, presidente de la organización caritativa “Comidas sobre Ruedas America”. Hollander dijo aún se están asegurando “que las comidas lleguen a los ancianos que la necesitan”, una población que es también vulnerable a enfermarse gravemente por el coronavirus.
“Comidas sobre Ruedas” usualmente distribuye comidas calientes a personas mayores de 60 años que deben permanecer en sus casas, muchos de los cuales sufren de discapacidades. Pero con el distanciamiento social, las comidas congeladas o paquetes con comida enlatada pueden ser entregadas con menor frecuencia dejándolas en la puerta en lugar de entregarla en las manos del beneficiado.
En residencias de adultos mayores, donde la organización ha estado proveyendo comidas para ancianos desde antes de la pandemia, “ahora tenemos contenedores o ventanillas donde las comidas son distribuidas más ágilmente”, explicó Hollander.
La campaña “No niños hambrientos” provee financiamiento a escuelas y organizaciones comunitarias para ayudar a niños que no reciben suficiente alimentación. Esto incluye comidas gratis o a precios reducidos en las escuelas para jóvenes de bajos ingresos.
Con las escuelas cerrando sus puertas antes de lo normal este año por el coronavirus, 22 millones de niños que dependían del desayuno y almuerzo que recibían en sus escuelas, ahora tienen una brecha que necesitamos cerrar”, dijo Lisa Davis, vicepresidente de la campaña “No Niños Hambrientos”.
Dijo que las comidas están siendo entregadas en las paradas de buses escolares donde cada niño es normalmente recogido, o “las familias están viniendo a la cafetería de la escuela para recoger de una vez comidas para cinco días”.
Save the Children se está asociado con “No Niños Hambrientos”, a través de su programa Guarda las Historias, que usa buses escolares “para entregar a domicilio materiales educativos, así como comidas”, dijo el presidente del grupo, Janti Soeripto.
El grupo ofrece servicio en zonas rurales, donde bolsos de libros son también entregados en las casas de los niños. Soerpito señala que como casi la mitad de las comunidades no tienen acceso a internet, libros, juegos y otros materiales educativos son recursos importantes para comunidades empobrecidas.
Preocupados de que el financiamiento para programas asistenciales se reducirá, pero no la demanda, los grupos humanitarios están pidiendo apoyo al Congreso para obtener millones de dólares en financiamiento de emergencia.
“Gente que no necesitaba nuestros servicios, ahora los están necesitando”, dijo Bannon, del Salvation Army. “Y anticipamos que la necesidad será mucho mayor en los próximos meses” mientras la epidemia avanza en Estados Unidos.