Los servicios de inteligencia de Estados Unidos obtuvieron información durante las elecciones presidenciales de 2016 que revelaban que altos funcionarios rusos discutieron la manera de influenciar a Donald Trump por medio de sus asesores de campaña, según reporta The New York Times.
El periódico dijo que la información revela que los rusos se enfocaron en el jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, y en Michael Flynn, quien se desempeñó como uno de los principales asesores de campaña de Trump antes de ser nombrado —y después destituido— como asesor de seguridad nacional.
Tres funcionarios o exfuncionarios del gobierno confirmaron esa información al Times.
Los funcionarios rusos pensaron que podían utilizar a Manafort y Flynn para influir en la postura de Trump hacia Rusia.
El Times indicó que algunos de los funcionarios se jactaron de sus vínculos con Flynn. Otros pensaron que podían utilizar a su favor la asociación de Manafort con el expresidente ucraniano Viktor Yanukovych, quien estuvo al frente de un partido político prorruso.
El Times dice que la información fue lo suficientemente creíble como para ser compartida con el FBI, que luego abrió una investigación sobre la intervención rusa, la cual todavía continúa.
El exdirector de la CIA, John Brennan, testificó el martes ante la Comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes sobre el tenso período el año pasado cuando llegó a creer que el presidente ruso, Vladimir Putin, estaba tratando de interferir en el resultado de la elección.
Brennan dijo haber visto datos de inteligencia que sugerían que los rusos querían usar a varios allegados a Trump, se dieran cuenta o no, para que les ayudaran en ese esfuerzo.
La semana pasada, CNN tambieen reportó sobre llamadas telefónicas interceptadas por la inteligencia estadounidense en las que funcionarios rusos se jactan de sus nexos con Flynn y discuten formas de ejercer influencia sobre él.
El acercamiento de Flynn con los rusos data de su período en la inteligencia militar, que dirigió de 2012 a 2014. Fue entonces cuando comenzó a presionar para que Estados Unidos cultivara a Rusia como aliado en su lucha contra el Estado Islámico. Su posición eventualmente fue parte de las razones por las que el gobierno del expresidente Barack Obama le apartó del puesto.
Posteriormente trabajó para una aerolínea de carga rusa, una firma de ciberseguridad que se cree está relacionada con los servicios de inteligencia rusa y recibió $45.000 de la agencia de noticias rusa RT, que lo invitó para dar un discurso en una cena de aniversario.
Flynn también sostuvo varias conversaciones con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergei Kislyak. En una de ellas, Flynn urgió a Kislyak a no responder a las sanciones impuestas por el gobierno de Obama, asegurándole que las relaciones mejorarían una vez Trump tomara posesión de la presidencia.
El presidente Trump ha negado en varias ocasiones que haya habido una confabulación entre él o sus allegados con el gobierno ruso para influenciar las elecciones y ha calificado las informaciones al respecto como "noticias falsas" y una "cacería de brujas".
Un fiscal especial ha sido nombrado para dirigir las investigaciones.