Los precios del petróleo están a su más alto nivel en el mundo cuando el recrudecimiento de la violencia sectaria en Irak amenaza con desvertebrar el mercado de las exportaciones de crudo.
La ofensiva militar de extremistas islámicos en el norte de Irak provocó que el precio del petróleo se elevara 4 por ciento esta semana.
El viernes el barril de crudo de variedad Texas, de referencia en EEUU, cerró a $106,91 dólares, mientras que internacional Brent, subió 31 centavos y se cotizaba a $113,41 el barril.
Como segundo mayor productor en la OPEP, Irak extrae diariamente más de tres millones de barriles de petróleo, pero a pesar de la crisis, expertos creen que no hay razones aún para dejarse arrastrar por el pánico.
Según Andrew Rici, de Levick Energy, una firma de investigaciones de energía radicada en Washington, aunque a corto plazo se prevé un incremento en el precio del combustible todo depende de cuánto dure la crisis.
“El impacto real que tendrá en EE.UU. es que servirá para reforzar los argumentos de quienes defienden la independencia energética y fuentes de energía limpia”, indicó.
La clave estará en si los insurgentes islamistas logran hacerse con el control de zonas del sur de Irak, donde están los pozos petroleros más productivos del país, que representan entre el 80 y 90 por ciento de su producción.
La ofensiva militar de extremistas islámicos en el norte de Irak provocó que el precio del petróleo se elevara 4 por ciento esta semana.
El viernes el barril de crudo de variedad Texas, de referencia en EEUU, cerró a $106,91 dólares, mientras que internacional Brent, subió 31 centavos y se cotizaba a $113,41 el barril.
Como segundo mayor productor en la OPEP, Irak extrae diariamente más de tres millones de barriles de petróleo, pero a pesar de la crisis, expertos creen que no hay razones aún para dejarse arrastrar por el pánico.
Según Andrew Rici, de Levick Energy, una firma de investigaciones de energía radicada en Washington, aunque a corto plazo se prevé un incremento en el precio del combustible todo depende de cuánto dure la crisis.
“El impacto real que tendrá en EE.UU. es que servirá para reforzar los argumentos de quienes defienden la independencia energética y fuentes de energía limpia”, indicó.
La clave estará en si los insurgentes islamistas logran hacerse con el control de zonas del sur de Irak, donde están los pozos petroleros más productivos del país, que representan entre el 80 y 90 por ciento de su producción.