Irán enviará a Ucrania las cajas negras del avión de pasajeros que su ejército derribó accidentalmente este mes.
Las autoridades iraníes también están preparadas para que expertos de Francia, Canadá y Estados Unidos examinen los datos de las cajas.
Los hechos ocurrieron el pasado 8 de enero, cuando las 176 personas que iban a bordo del avión Boeing 737 murieron cuando el vuelo de Ukrainian International Airlines fue derribado poco después del despegue del aeropuerto de Teherán y mientras iniciaba su curso hacia la capital ucraniana, Kiev.
“Con el uso de la experiencia de los países de Francia, Canadá y Estados Unidos, intentaremos leerlo (el registrador de datos de vuelo) en Kiev”, afirmó, en declaraciones a la agencia Tasnim, Hassan Rezaifar, directivo a cargo de las investigaciones de accidentes en la Organización de Aviación Civil de Irán.
En esa línea, sostuvo que “si este esfuerzo no tiene éxito”, las cajas serán enviadas a Francia para que sean analizadas exhaustivamente.
La agencia de noticias confirmó, según recoge Reuters y AFP, que las cajas negras no serán investigadas en Irán.
De los 176 pasajeros, 57 eran canadienses. El primer ministro Justin Trudeau, que ha estado presionando para que se realizara una investigación completa sobre el accidente del avión, manifestó el viernes que Irán debería enviar las cajas negras a Francia para su análisis.
Trudeau señaló que Francia es uno de los pocos países que tiene la capacidad de leer los registradores de datos de la cabina del avión, que según dijo estaban gravemente dañados.
Irán ha tenido que hacer frente a una crisis internacional cada vez más profunda por el desastre del avión, y las autoridades tardaron varios días en anunciar que su ejército había derribado accidentalmente el avión.
El derribo se produjo cuando Irán estaba en alerta máxima por posibles acciones de represalia después de sus ataques contra las bases iraquíes que albergan tropas estadounidenses.
Esos ataques fueron realizados como venganza por el asesinato del general iraní Qassem Soleimani en un ataque con aviones no tripulados por Estados Unidos, y autorizado por el presidente Donald Trump, el pasado 3 de enero.