El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibirá este lunes en la Casa Blanca al secretario general saliente de la OTAN, Jens Stoltenberg, en medio de los esfuerzos para encontrar a un sucesor para el jefe de la alianza.
Si bien la Casa Blanca dice que la agenda oficial de la reunión es discutir la próxima cumbre de julio de la alianza en Vilna, Lituania, el tema de quién será el próximo rostro de la OTAN durante este difícil período en sus 74 años de historia sin duda será un tema central, con el telón de fondo de la guerra en Ucrania.
Stoltenberg, ex primer ministro noruego, es el jefe de la OTAN con más tiempo en el cargo en una generación y su mandato se ha extendido tres veces desde que asumió el cargo en 2014. En febrero, su portavoz dijo que dejará el cargo cuando finalice su mandato actual en octubre.
Stoltenberg es ampliamente reconocido por manejar las difíciles relaciones transatlánticas entre el expresidente de los Estados Unidos Donald Trump y los aliados europeos sobre los gastos de defensa, la retirada de las fuerzas de la OTAN de Afganistán en agosto de 2021 y la supervisión de la respuesta de la alianza a la invasión de Ucrania por parte de Moscú.
Su preferencia sobre su sucesor tiene peso y se espera que Biden lo consulte.
Quien suceda a Stoltenberg se enfrentará al abrumador desafío de velar por la seguridad de 1.000 millones de personas en 31 países y seguir creciendo. El próximo líder deberá evitar que el conflicto extienda al territorio de un miembro de la OTAN, lo que desencadenaría el principio de defensa colectiva del Artículo 5 de la alianza y podría conducir a una Tercera Guerra Mundial.
Basado en el consenso
Un general estadounidense es tradicionalmente el Comandante Supremo Aliado en Europa, pero el puesto de jefe de la OTAN siempre ha sido asumido por un europeo, aunque no hay nada en sus estatutos que lo requiera.
No hay un proceso formal y los candidatos no anuncian que se postulan para el puesto. La selección se desarrolla por consenso, logrado principalmente a través de canales diplomáticos informales y tranquilos.
Como el mayor donante, EEUU juega un papel clave, razón por la cual dos contendientes visitaron recientemente la Oficina Oval.
La primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen, se reunió con Biden en la Casa Blanca el lunes pasado. Ella es percibida como una de las favoritas, aunque su candidatura significaría un tercer secretario general consecutivo de un país nórdico.
Otro obstáculo potencial es que Dinamarca no ha cumplido durante mucho tiempo con el requisito mínimo del 2 % en gastos de defensa para los estados miembros. En diciembre, su gobierno lanzó un plan para cumplir el objetivo de la OTAN para 2030 y recientemente aumentó la ayuda militar a Ucrania.
El primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, visitó Washington días después de Frederiksen, con una amplia agenda que incluye cabildear a favor de su secretario de Defensa, Ben Wallace.
Gran Bretaña, proveedor de más asistencia militar a Ucrania que cualquier otro país después de Estados Unidos, tiene influencia. Y como uno de los primeros ministros de defensa en brindar ayuda letal a Ucrania, Wallace es bien conocido entre la alianza.
Sin embargo, de los 13 jefes en la historia de la OTAN, tres eran británicos.
Biden no se comprometió cuando se le preguntó si era hora de otro. "Tal vez. Eso está por verse", dijo durante una conferencia de prensa conjunta con Sunak el jueves.
Todos los que ocuparon el puesto desde 1952 han sido hombres.
Varias mujeres en consideración
Existe la sensación de que es hora de que la alianza seleccione a una líder femenina, dijo Andrew Hyde, miembro del Stimson Center, a la Voz de América. Con la guerra de Rusia en pleno apogeo, "también existe la sensación de que debería ser alguien de Europa del Este", agregó.
La primera ministra estonia, Kaja Kallas, y su homóloga lituana Ingrida Simonyte, cumplen ambos requisitos. Sin embargo, algunos observadores argumentan que un líder de uno de los países bálticos, que suelen ser agresivos con Rusia, podría ser percibido como una provocación por parte de Moscú.
La presidenta de Eslovaquia, Zuzana Caputova, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de Alemania, han sido presentadas como posibles candidatas. También la viceprimera ministra canadiense, Chrystia Freeland, aunque su herencia ucraniana puede resultar una complicación.
El primer ministro holandés, Mark Rutte, ha sido mencionado como otro candidato. Y siempre existe la posibilidad de que los aliados convenzan a Stoltenberg para extender su mandato una vez más.
Se espera que la cuestión de quién será el próximo secretario general de la OTAN se resuelva en julio en la reunión en Vilna.
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