Los países podrían mejorar en gran medida sus posibilidades de desarrollo si invirtieran en sus jóvenes, según el informe Estado de la Población Mundial de la ONU.
El reporte establece que los países que no apoyen a su juventud lo hacen bajo su propio riesgo.
El informe del Fondo de Naciones Unidas para la Población (UNFPA), señala que los países obtendrían enormes beneficios, el llamado "bono demográfico", si invirtiesen fuertemente en la educación de los jóvenes, habilidades y salud, incluida la sexual y reproductiva.
Los jóvenes son importantes porque son muy numerosos, 1,8 mil millones de jóvenes entre las edades de 10 y 24 años pueden sacar a cientos de millones de personas de la pobreza si los gobiernos les proporcionan oportunidades y puestos de trabajo para desarrollar sus capacidades.
Este no es un concepto teórico, según Alanna Armitage, quien dirige la oficina del UNFPA en Ginebra.
En la década de 1960, varios países de Asia oriental invirtieron fuertemente en los jóvenes, y muchos jóvenes que tenían acceso a métodos de planificación familiar tuvieron hijos a una edad mayor, con el consecuente menor número de hijos.
Estas inversiones en los jóvenes lograron enormes dividendos, ya que contribuyeron a un aumento del 6 por ciento del Producto Interno Bruto y la cuadruplicación de los ingresos per cápita en algunos países.
"Si el África subsahariana se basara en la experiencia de Asia Oriental, adaptada a su contexto local y realizando inversiones comparables en los jóvenes, la región podría experimentar un milagro económico propio, añadiendo hasta $500 mil millones de dólares a sus economías cada año durante unos 30 años", predijo Armitage.
Por desgracia, dijo, muy pocos gobiernos están haciendo las inversiones necesarias en los jóvenes que asegurar su futuro y el de sus sociedades.
En Latinoamérica y el Caribe viven 165 millones de jóvenes, quienes constituyen "oportunidades para transformar el contexto de la región", según el informe, que advierte sobre la necesidad de hacer efectivo el derecho a la salud reproductiva y sexual en la región.
"No logramos hacer que el embarazo adolescente descienda; somos la segunda región del mundo, después del África subsahariana, con los índices (...) más altos", dijo Marcela Suazo, directora del UNFPA para América Latina y el Caribe..
"Una niña que tiene un embarazo con menos de 19 años pierde alrededor de dos años de escolaridad, y si regresa a la escuela, pierde al menos un año por cada embarazo subsiguiente", agregó.
Hoy, nueve de cada 10 jóvenes viven en países menos desarrollados donde se encuentran con obstáculos a la educación, la salud y vidas libres de violencia, dijo Armitage.