Al carecer de suficientes sistemas antiaéreos para repeler los ataques de Rusia, Ucrania está presionando a sus aliados europeos para que establezcan una zona de exclusión aérea en el oeste del país mediante el despliegue de sistemas de defensa en los vecinos Polonia y Rumania, informaron funcionarios.
A Kiev le gustaría crear un espacio seguro en el oeste de Ucrania donde la industria, la infraestructura energética y los civiles estén protegidos contra la destrucción masiva desatada por los ataques rusos en los últimos meses.
"No entiendo por qué la OTAN no despliega sistemas Patriot a lo largo de la frontera polaca", comentó el legislador Oleksiy Goncharenko, refiriéndose a los sistemas de defensa aérea fabricados en Estados Unidos.
"Después de todo, los misiles rusos ya han entrado en el espacio aéreo polaco y rumano. Esto protegería las fronteras de Polonia y Rumania, y crearía una zona segura en el oeste y el sur de Ucrania", añadió.
Esta petición fue replicada por varios funcionarios civiles y militares ucranianos que hablaron con la AFP en Kiev durante un viaje organizado la semana pasada por el Instituto Francés de Relaciones Internacionales (IFRI) y el centro de estudios local New Europe Centre.
El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmytro Kuleba, abrió el debate en mayo diciendo que "no había ningún argumento legal, de seguridad o moral que se interponga en el camino de que nuestros socios derriben misiles rusos sobre el territorio de Ucrania desde su territorio".
El presidente Volodymyr Zelenskyy ha pasado meses presionando para que sus socios occidentales establezcan más defensas aéreas, pero los nuevos suministros han llegado lentamente.
Las victorias recientes de Kiev incluyen la promesa de Rumania de un sistema de defensa antimisiles Patriot, y Estados Unidos ha dicho que dará prioridad a las ventas de misiles antiaéreos a Ucrania durante los próximos 16 meses para permitirle reponer sus existencias.
Pero se le está acabando el tiempo a Ucrania, que ha visto destruida la mitad de su capacidad nacional de producción de electricidad en los últimos meses.
Cada semana, misiles y drones rusos atacan la red energética, provocando cortes de energía diarios que afectan a casi toda la población.
Situación energética crítica
Rusia se centró en bombardear las redes de distribución de energía de Ucrania durante el invierno de 2022-2023, pero recientemente ha estado destruyendo instalaciones de producción de energía, que son mucho más costosas y tardan años en repararse o reconstruirse.
Moscú también apunta a las reservas energéticas del país.
Una fuente diplomática europea dice que la determinación rusa quedó establecida cuando golpeó una instalación que almacenaba gas a 3 kilómetros bajo tierra en el oeste de Ucrania.
"En el sector energético, la situación es realmente difícil", indicó un alto funcionario de seguridad ucraniano, bajo condición de anonimato.
Según dijo, estaban "en curso" conversaciones con los aliados occidentales sobre una zona de exclusión aérea sobre el oeste de Ucrania utilizando sistemas Patriot en Polonia o Rumania, "pero esa no es una decisión sencilla".
Los países occidentales han sido muy cautelosos ante cualquier medida que pueda conducir a enfrentamientos directos con las fuerzas rusas y arrastrarlas a una guerra más amplia, esto "hace que este proceso sea lento y silencioso", añadió el funcionario.
Pero el tema podría discutirse en la próxima cumbre de la OTAN en Washington a principios de julio, según la viceprimera ministra ucraniana Olga Stefanishyna.
"Hacemos todo lo posible para movilizar suficientes elementos de defensa aérea que nos permitan seguir siendo funcionales durante toda la guerra", declaró a la AFP.
Sin embargo, Kiev no espera ningún progreso hacia su ingreso a la OTAN, ya que Washington y Berlín todavía se oponen firmemente por temor a enemistarse aún más con Rusia.
"Las posibilidades de recibir una invitación son casi nulas", reveló una fuente diplomática ucraniana.
Comentó que los aliados de Ucrania sentían un "sentimiento de culpa" por esto, lo que favorece a Kiev.
Eso "presiona a nuestros aliados", para que tomen "otras decisiones fuertes como alternativas", añadió.
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