Descalzos y sin hacer caso de las bajas temperaturas, algunos migrantes venezolanos que acampan a la orilla del Río Grande en Ciudad Juárez, México, se dedican a cruzar en brazos a las personas hacia el otro lado para que no tengan que exponerse a las aguas sucias y frías del río.
Los llamados “lancheros” cobran “cualquier colaboración que les puedan dar”, buscando cubrir sus necesidades básicas, como comer o pagar un alojamiento, aseguró a la Voz de América un migrante venezolano que se identificó solo como Luis y que ofrece el servicio de cargar personas a través del río.
“Con eso es que nos sustentamos aquí porque si no trabajamos, no comemos”, dijo. En un día pueden ganar entre 15 dólares y 25 dólares cruzando personas a sus espaldas, dijo.
Eduardo Sequera, otro "lanchero" venezolano, aseguró estar a la espera para cruzar legalmente a Estados Unidos tras el fin del Título 42, una medida de salud pública que permite a las autoridades estadounidenses expulsar a México a quienes crucen irregularmente.
“Aquí estamos aguantando todo por un futuro, una vida mejor”, dijo
EEUU comenzó a aplicar a los migrantes venezolanos el Título 42 en octubre, como parte de un plan del gobierno de Joe Biden para reducir la inmigración irregular. Miles de venezolanos que iban rumbo a EEUU quedaron varados en México y otros países de la región.
Otro "lanchero" venezolano que se identificó solo como Juan dijo que durante su travesía de tres meses desde Colombia hasta México trabajó en varios países para costear pasajes, alojamiento y la comida. Lavó autos, vendió artículos de ferretería e hizo mantenimiento de vehículos, entre otras cosas.
"No tengo familia que me manda dinero ni nada de eso", dijo. “La verdad que si me tiré una ruta tan grande, creo que puedo aguantar aquí”, agregó.
Otros utilizan a los "lancheros" para cruzar el río para vender pizza o café a las personas que se encuentra en la fila de uno de los portones del muro fronterizo, donde esperan entregarse a las autoridades estadounidenses.
Fabian Alejandro Ramírez es un migrante que vende comida a las personas que esperan del lado de El Paso, Texas, y utiliza a los “lancheros” para pasar a través del río. Aseguró que invierte unos 50 dólares en alimentos y logra recoger hasta 75 dólares de las ventas.
“Con esto quiero rentar un hotel para no pasar frío”, aseguró.
Otro venezolano que se identificó solo como Pedro estaba vendiendo café. “Queremos honradamente buscar el dinero para poder sostenernos estos días”, dijo a la VOA .
Erwin Méndez, que vende comida, dijo que todo lo que salga de las ventas "es un beneficio".
"Hemos pasado mucha hambre”, afirmó.
La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EEUU (CBP) informó que durante el mes de noviembre el número de venezolanos que ingresan irregularmente había disminuido “a consecuencia del proceso de control migratorio que incluye expulsiones a México”.
El número de encuentros de las autoridades con venezolanos mermó de aproximadamente 1.100 por día a principios de octubre a aproximadamente 100 por día durante noviembre, informó CBP.
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