En su segundo día al frente del gobierno en Paraguay, el nuevo presidente, Federico Franco, declaró este sábado que en su país “no hubo quiebre ni golpe, sino un cambio de mando ajustado a la Constitución y las leyes”.
El nuevo mandatario de Paraguay, Federico Franco, tiene 49 años y es médico cardiólogo de profesión.
Como miembro del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que integraba la alianza que llevó al poder al ex presidente Lugo, Franco fue alcalde del municipio Fernando de la Mora, cerca de Asunción, y se desempeñó entre 2003 y 2008 como gobernador del Departamento Central (área metropolitana) de Paraguay.
Antes de que el Congreso decidiera someter a juicio político al ex obispo Fernando Lugo, siendo vicepresidente reconoció a los legisladores no haber estado de acuerdo con el presidente en “muchas de sus decisiones”.
Sus diferencias con el mandatario databan de antes de las elecciones de 2008, cuando Franco propuso a su partido presentar un candidato propio a la presidencia pero se impuso la fórmula de acompañar a Lugo en la boleta electoral.
Después, a los pocos meses de asumir Lugo su mandato, se hicieron más tensas cuando éste dispuso una reestructuración ministerial que según Franco perjudicó al ala derecha –su sector—dentro del Partido Liberal.
Aunque el nuevo presidente es laico, se declaró escandalizado cuando Lugo reconoció como suyo a un primer niño concebido con una adolescente cuando todavía era obispo."Aunque sea un asunto íntimo, un presidente debe tener buena conducta tanto en su vida privada como pública", dijo entonces.
La esposa del nuevo mandatario, Emilia Alfaro, con quien se casó hace 30 años y tiene cuatro hijos, fue elegida diputada en 2003.
En una rueda de prensa ofrecida en el palacio de gobierno, Franco subrayó que el saliente presidente Fernando Lugo fue destituido por medio de un juicio político, un procedimiento previsto en la Carta Magna de Paraguay.
Ante el rechazo provocado en gran parte de Latinoamérica por la relampagueante destitución de Lugo, el nuevo mandatario y hasta ayer vicepresidente, admitió que la situación de su gobierno “es difícil” “de cara a la comunidad internacional.
Pero reiteró que en el país "no hay inseguridad, no hay militares en la vía pública. La Iglesia, en forma unánime, ha apoyado (la destitución), al igual que los partidos políticos”, y recordó que el juicio a Lugo fue aprobado casi por unanimidad en ambas Cámaras del Congreso Nacional.
No obstante, anunció que su nuevo canciller, José Félix Fernández Estigarribia, hará contacto de inmediato con las naciones vecinas para “tratar de demostrar no con palabras, sino con hechos, nuestra vocación democrática a favor del respeto del Estado y del derecho a la libertad”.
El primer gran escollo internacional que deberá sortear el nuevo gobierno de Asunción es la cumbre del Mercosur, bloque compuesto por Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina, que tendrá lugar en la ciudad argentina de Mendoza, los próximos jueves 28 y viernes 29 de junio.
La víspera
Con una mayoría casi absoluta, los legisladores de Paraguay retiraron de su cargo al mandatario, Fernando Lugo, acusado por la muerte de 17 personas en un desalojo.
Fernando Lugo fue retirado de su cargo como presidente de Paraguay por los miembros del Senado del país suramericano con 39 votos a favor, 4 en contra y 2 ausentes.
“Me someto a la decisión del congreso y estoy dispuesto a responder siempre con mis actos como ex mandatario nacional”. Con estas palabras, el ahora ex presidente paraguayo, Fernando Lugo aceptó la destitución de su cargo.
Lugo dijo que la democracia paraguaya había sido profundamente herida. “Han sido transgredidos todos los principios de la defensa de manera cobarde, alevosa y espero que sus ejecutores tengan presente la gravedad de sus hechos”, señaló el mandatario en su discurso de despedida.
Tras la destitución, el actual vicepresidente, Federico Franco, quien ya mantenía una tensa relación con el mandatario, asumió el cargo hasta agosto del 2013, según indica la Constitución paraguaya.
Lugo había sido acusado de mal desempeño de funciones y arrastrar a la nación al caos, y sometido a un juicio por la muerte de 17 personas en un enfrentamiento armado entre policías y campesinos durante el intento de desalojo de una reserva forestal en Curuguaty, a unos 400 kilómetros al noreste de Asunción, que desembocó en la renuncia del ministro del Interior y del jefe de la policía.
Nuevo presidente Paraguay
¿Quién es Federico Franco?El nuevo mandatario de Paraguay, Federico Franco, tiene 49 años y es médico cardiólogo de profesión.
Como miembro del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que integraba la alianza que llevó al poder al ex presidente Lugo, Franco fue alcalde del municipio Fernando de la Mora, cerca de Asunción, y se desempeñó entre 2003 y 2008 como gobernador del Departamento Central (área metropolitana) de Paraguay.
Antes de que el Congreso decidiera someter a juicio político al ex obispo Fernando Lugo, siendo vicepresidente reconoció a los legisladores no haber estado de acuerdo con el presidente en “muchas de sus decisiones”.
Sus diferencias con el mandatario databan de antes de las elecciones de 2008, cuando Franco propuso a su partido presentar un candidato propio a la presidencia pero se impuso la fórmula de acompañar a Lugo en la boleta electoral.
Después, a los pocos meses de asumir Lugo su mandato, se hicieron más tensas cuando éste dispuso una reestructuración ministerial que según Franco perjudicó al ala derecha –su sector—dentro del Partido Liberal.
Aunque el nuevo presidente es laico, se declaró escandalizado cuando Lugo reconoció como suyo a un primer niño concebido con una adolescente cuando todavía era obispo."Aunque sea un asunto íntimo, un presidente debe tener buena conducta tanto en su vida privada como pública", dijo entonces.
La esposa del nuevo mandatario, Emilia Alfaro, con quien se casó hace 30 años y tiene cuatro hijos, fue elegida diputada en 2003.
En una rueda de prensa ofrecida en el palacio de gobierno, Franco subrayó que el saliente presidente Fernando Lugo fue destituido por medio de un juicio político, un procedimiento previsto en la Carta Magna de Paraguay.
Ante el rechazo provocado en gran parte de Latinoamérica por la relampagueante destitución de Lugo, el nuevo mandatario y hasta ayer vicepresidente, admitió que la situación de su gobierno “es difícil” “de cara a la comunidad internacional.
Pero reiteró que en el país "no hay inseguridad, no hay militares en la vía pública. La Iglesia, en forma unánime, ha apoyado (la destitución), al igual que los partidos políticos”, y recordó que el juicio a Lugo fue aprobado casi por unanimidad en ambas Cámaras del Congreso Nacional.
No obstante, anunció que su nuevo canciller, José Félix Fernández Estigarribia, hará contacto de inmediato con las naciones vecinas para “tratar de demostrar no con palabras, sino con hechos, nuestra vocación democrática a favor del respeto del Estado y del derecho a la libertad”.
El primer gran escollo internacional que deberá sortear el nuevo gobierno de Asunción es la cumbre del Mercosur, bloque compuesto por Paraguay, Uruguay, Brasil y Argentina, que tendrá lugar en la ciudad argentina de Mendoza, los próximos jueves 28 y viernes 29 de junio.
La víspera
Con una mayoría casi absoluta, los legisladores de Paraguay retiraron de su cargo al mandatario, Fernando Lugo, acusado por la muerte de 17 personas en un desalojo.
Fernando Lugo fue retirado de su cargo como presidente de Paraguay por los miembros del Senado del país suramericano con 39 votos a favor, 4 en contra y 2 ausentes.
“Me someto a la decisión del congreso y estoy dispuesto a responder siempre con mis actos como ex mandatario nacional”. Con estas palabras, el ahora ex presidente paraguayo, Fernando Lugo aceptó la destitución de su cargo.
Lugo dijo que la democracia paraguaya había sido profundamente herida. “Han sido transgredidos todos los principios de la defensa de manera cobarde, alevosa y espero que sus ejecutores tengan presente la gravedad de sus hechos”, señaló el mandatario en su discurso de despedida.
Tras la destitución, el actual vicepresidente, Federico Franco, quien ya mantenía una tensa relación con el mandatario, asumió el cargo hasta agosto del 2013, según indica la Constitución paraguaya.
Lugo había sido acusado de mal desempeño de funciones y arrastrar a la nación al caos, y sometido a un juicio por la muerte de 17 personas en un enfrentamiento armado entre policías y campesinos durante el intento de desalojo de una reserva forestal en Curuguaty, a unos 400 kilómetros al noreste de Asunción, que desembocó en la renuncia del ministro del Interior y del jefe de la policía.