El presidente llegó a Orlando, Florida, acompañado de la legisladora demócrata Corrine Brown y el senador republicano Marco Rubio, para cumplir con lo que la Casa Blanca dice es la “solemne responsabilidad” de ofrecer consuelo a una comunidad en duelo.
El presidente se reunió con las familias de los 49 muertos que dejó la masacre del domingo, en un club nocturno gay de la ciudad, y con algunos de los 53 sobrevivientes, así como con policías, personal de emergencia, enfermeras, médicos y cirujanos que ayudaron a los baleados.
“El presidente comprende que él es un símbolo del país”, dijo el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest. “Y cuando visita una comunidad y se reúne con una familia que ha sobrellevado una terrible tragedia, él lleva un mensaje de condolencia y consuelo en nombre del pueblo estadounidense. Y el presidente toma muy seriamente esa responsabilidad”.
Earnest añadió que el apoyo de Obama será una “poderosa afirmación” a la comunidad LGBT que fue atacada.
Por otro lado, una comisión del Senado solicitó al FBI los archivos sobre el atacante del club gay de Orlando, Omar Mateen.
En una carta a la secretaria de Justicia, Loretta Lynch, la Comisión del Senado sobre Seguridad Territorial y Asuntos del Gobierno solicitó documentación relacionada con las investigaciones a Mateen que fueron cerradas y por qué fue colocado y retirado de las listas de sospechosos de terrorismo.
Los senadores también buscan información sobre el uso de las redes sociales por parte de Mateen antes y durante el ataque.
Entre tanto, un gran jurado federal considerará presentar cargos contra Noor Zahi Salman, la esposa del asesino del club Pulse.
El FBI dice que Salman acompañó a Omar Mateen en "una misión de reconocimiento", al club, días antes de la masacre, y también estuvo con él cuando compró las municiones.
Pero la policía también ha dicho a la prensa estadounidense que Salman advirtió a su esposo que no realice el ataque, cuando salían de su vivienda en Fort Pierce, Florida, el sábado, para viajar a Orlando.