La Organización Meteorológica Mundial dijo en su primer boletín sobre calidad del aire y el clima que las emisiones de gases contaminantes disminuyeron por un breve período de tiempo durante los confinamientos del año pasado por la pandemia del COVID-19.
En el documento, divulgado este viernes, la agencia de la ONU explicó que el alivio se notó más en centros urbanos, donde los residentes vieron “más cielos despejados que contaminación”, pero esto “no fue uniforme en todas las regiones ni para todos los contaminantes”.
Algunos tipos de contaminantes mantuvieron su nivel regular o aumentaron.
“El COVID-19 resultó ser un experimento de calidad del aire no planificado y no resultó en mejoras temporales localizadas”, dijo el secretario general de la entidad, Petteri Taalas, quien subrayó que la labor corresponde a los humanos.
“Una pandemia no es un sustituto de una acción sostenida y sistemática para hacer frente a los principales impulsores de la contaminación y el cambio climático para proteger la salud tanto de la población y del planeta”, agregó.
La OMM dijo que lo que se ha observado demuestra una íntima conexión entre la calidad del aire y el cambio climático.
“Mientras las emisiones causadas por los humanos de contaminantes del aire disminuyeron durante la contracción económica por el COVID-19, los extremos meteorológicos propulsados por el cambio del clima y el medio ambiente desataron tormentas de arena y polvo sin precedentes, e incendios que afectaron la calidad del aire”.
Esta tendencia, dijo el informe “está continuando en 2021” con “incendios devastadores en Norteamérica, Europa y Siberia que han afectado la calidad del aire para millones de personas y tormentas de polvo y arena que han cubierto muchas regiones y viajado a través de los continentes”.
La agencia alentó a “cambios de políticas que busque mejorar la calidad del aire y tengan repercusiones en otras que buscan limitar el cambio climático, y viceversa”.
Como ejemplo, señaló una drástica reducción de los combustibles fósiles para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, que a su vez reducirán los contaminantes del aire asociados con esa actividad, como el ozono y las emisiones de aerosoles.
El informe concluyó diciendo que los cambios en el clima, como las olas de calor, pueden influir directamente en los niveles de contaminación, al aumentar la acumulación de contaminantes cerca de la superficie terrestre, y advirtió que tales eventos van a aumentar en el futuro.
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