El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador dijo el lunes que consideraría ampliar el programa migratorio recién anunciado por Estados Unidos mediante el cual se incrementaría tanto el número de visas temporales que podría dar ese país como el de migrantes expulsados por la frontera común.
La declaración se produjo a pocas horas de un encuentro que sostendrán López Obrador, Biden y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, en la Ciudad de México en la cumbre de líderes norteamericanos.
“No nos queremos adelantar, pero es parte de lo que vamos a tratar en la cumbre”, dijo López Obrador al anunciar que estaría a favor de que “se amplíe el número” de migrantes, y agregó “apoyamos todas estas medidas de dar opciones, dar alternativas”.
Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional de Biden, declaró a los periodistas que las conversaciones continuaban.
“Lo que necesitamos es ver cómo funciona en la práctica el programa anunciado la semana pasada, qué ajustes hay que hacer a ese programa, si es que hay que hacer alguno, y entonces podremos hablar de dar los siguientes pasos”, indicó Sullivan.
Antes de la cumbre Biden anunció un importante cambio en la política fronteriza entre Estados Unidos y México. Según el acuerdo, que contó con el beneplácito del gobierno mexicano, México aceptó recibir cada mes a 30.000 cubanos, nicaragüenses, venezolanos y haitianos devueltos desde Estados Unidos y a cambio Washington ofrecerá cada mes visas temporales de trabajo al mismo numero de personas de esas cuatro nacionalidades si cumplen con ciertos requisitos, como llegar en avión.
El envío de más inmigrantes a México podría ayudar a resolver el problema de la deportación de personas a sus países de origen con los que Estados Unidos mantiene relaciones poco sólidas.
López Obrador insistió en las bonanzas del acuerdo que ha sido cuestionado por grupos de derechos humanos que alegan que los cambios recuerdan la línea dura del expresidente Donald Trump.
“Si esto se consolida, va a generar un esperanza en la gente que quiere salir”, subrayó López Obrador. En su opinión “es un inicio” para tener una migración más ordenada.
Biden aterrizó en México el domingo por la noche y fue recibido por su par mexicano. Luego se subieron a la “Bestia” para cruzar la Ciudad de México hasta al lugar donde pernotaría Biden. Esa conversación fue el primer contacto privado y directo de los mandatarios, dos políticos que necesitan entenderse pero que tienen distintas visiones y prioridades.
“Hablamos en muy buenos términos”, dijo el mexicano en su conferencia matutina. “Platicamos sobre temas que vamos a tratar en la reunión de hoy”, agregó.
Entre los asuntos abordados en el trayecto estuvo el tema de la migración y el desarrollo y la integración no sólo de América del Norte sino de todo el continente, tanto en lo económico como en lo social.
“Que se logre la unión entre todos los países del continente americano, que podamos complementarnos, porque es el continente con más potencial, con más recursos”, afirmó López Obrador.
Según el mandatario mexicano no se trató la reciente detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del encarcelado narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, ex líder del Cártel de Sinaloa, aunque su captura fue vista por diversos analistas como un regalo previo a la visita, lo que el mexicano consideró una “falta de respeto” hacia quienes llevaron a cabo la acción y los 10 militares que perdieron la vida.
Junto con Trudeau, que llegará el lunes, Biden y López Obrador pasarán los próximos dos días discutiendo sobre migración, cambio climático, manufactura, comercio, economía y la potencial influencia global de una América del Norte más colaborativa.
“Esta reunión profundizará nuestra coordinación y fomentará nuestras prioridades compartidas para Norteamérica”, tuiteó Biden.
La migración “será un tema central durante la cumbre de dos días. Las tres naciones están involucradas en un esfuerzo colectivo para apoyar mejor a quienes llegan a América del Norte y hacer cumplir mejor las reglas para que sea más difícil para los contrabandistas persuadir a los migrantes de realizar viajes peligrosos a Estados Unidos,” comentó Sullivan.
El domingo Biden pasó cuatro horas en El Paso, Texas, su primer viaje a la frontera como presidente, una visita que parecía diseñada a mostrar cómo se procesa sin contratiempos a los migrantes legales, se trabaja para erradicar el contrabando y se trata humanamente a las personas que han ingresado ilegalmente, una narrativa contraria a los alegatos de los republicanos de que existe una situación de crisis.
López Obrador aseguró que el plan está dando frutos porque cuando se acordó una medida similar en octubre con los venezolanos su flujo se redujo. Pero entre los colectivos mexicanos que apoyan los migrantes y que tienen los albergues de la frontera entre ambos países desbordada, se rechaza esa visión.
Martha Bárcena, exembajadora mexicana en Washington, comentó que los dos gobiernos deberán cuidar “toda la coreografía” porque “la relación es tan compleja que la liebre puede saltar por cualquier lado”.
López Obrador no ha ocultado sus buenas relaciones con el expresidente Trump y en esta administración ha endurecido su retórica contra Washington, incluso el lunes criticó que el Congreso estadounidense aprobase fondos para la guerra de Ucrania y no en favor de los migrantes.
Sin embargo, halagó a Biden a quien calificó de “muy buena persona” y con quien confió en llegar a acuerdos y avanzar en las controversias actuales.
Biden ha expresado su preocupación por temas de seguridad, narcotráfico y por los asesinatos de periodistas en México y Estados Unidos ha mostrado su discrepancia con López Obrador cuando el mexicano decidió boicotear la Cumbre de las Américas en Los Ángeles el año pasado porque Biden no quiso invitar a los mandatarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua.
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