La minoría más grande de extranjeros viviendo en Estados Unidos, la mexicana, espera que el presidente Barack Obama confirme su interés por aprobar una reforma migratoria que beneficie a los casi 30 millones de mexicanos que viven en EE.UU. sin permisos legales.
Sin embargo, no todos están convencidos de que esta nueva reunión, la primera de Obama, en su segundo mandato, y la primera del presidente de México, Enrique Peña Nieto, como anfitrión, sea positiva para los que hoy viven lejos de su país de origen.
“Hay mucha gente que no ha ido a México por estar esperando una solución de migración”, dice un mexicano quien continúa esperando una reforma.
Una buena parte de los 630 mil mexicanos que viven en el sur de la Florida, según el último censo del año 2010, cree que el tema y la situación económica de la mayoría de los mexicanos en la diáspora no debe ser relegado o evitar ser discutido en las conversaciones de los presidentes de México y Estados Unidos.
“¿Qué le pediría al presidente? Bueno pues que mejorara la situación económica de México para no tener la necesidad de venir a Estados Unidos y poder quedarnos en nuestro país”, dijo una mujer mexicana quien reside actualmente en Florida.
El cónsul de México en la ciudad de Miami, Vladimir Hernández, quien a diario tiene contacto con muchos de sus compatriotas, manifestó estar seguro de que una gran mayoría ve con buenos ojos las reuniones que adelantan Obama y Peña Nieto.
“Yo creo que el tema es muy relevante en nuestra comunidad porque sabe que va a venir un impulso para mejorar la calidad de vida de este país”, dijo Hernández.
Aunque los acuerdos económicos fueron el objetivo principal de la primera reunión que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos y México, muchos esperan que en las siguientes reuniones entre ambos mandatarios se refuerce el compromiso de EE.UU. para aprobar la reforma que beneficie a los millones de mexicanos que habitan en toda la geografía estadounidense.
Sin embargo, no todos están convencidos de que esta nueva reunión, la primera de Obama, en su segundo mandato, y la primera del presidente de México, Enrique Peña Nieto, como anfitrión, sea positiva para los que hoy viven lejos de su país de origen.
“Hay mucha gente que no ha ido a México por estar esperando una solución de migración”, dice un mexicano quien continúa esperando una reforma.
Una buena parte de los 630 mil mexicanos que viven en el sur de la Florida, según el último censo del año 2010, cree que el tema y la situación económica de la mayoría de los mexicanos en la diáspora no debe ser relegado o evitar ser discutido en las conversaciones de los presidentes de México y Estados Unidos.
“¿Qué le pediría al presidente? Bueno pues que mejorara la situación económica de México para no tener la necesidad de venir a Estados Unidos y poder quedarnos en nuestro país”, dijo una mujer mexicana quien reside actualmente en Florida.
El cónsul de México en la ciudad de Miami, Vladimir Hernández, quien a diario tiene contacto con muchos de sus compatriotas, manifestó estar seguro de que una gran mayoría ve con buenos ojos las reuniones que adelantan Obama y Peña Nieto.
“Yo creo que el tema es muy relevante en nuestra comunidad porque sabe que va a venir un impulso para mejorar la calidad de vida de este país”, dijo Hernández.
Aunque los acuerdos económicos fueron el objetivo principal de la primera reunión que sostuvieron los presidentes de Estados Unidos y México, muchos esperan que en las siguientes reuniones entre ambos mandatarios se refuerce el compromiso de EE.UU. para aprobar la reforma que beneficie a los millones de mexicanos que habitan en toda la geografía estadounidense.