El Senado mexicano aprobó un proyecto de ley que terminará con el monopolio del gobierno de México sobre las industrias petroleras.
El objetivo es atraer miles de millones de dólares en nuevas inversiones de compañías petroleras extranjeras y privadas, en un esfuerzo por impulsar la producción de petróleo de México, que se ha hundido en la última década, pasando de 3,4 millones de barriles diarios a 2,5 millones en la compañía estatal Pemex.
Pemex ha sido motivo de orgullo nacional desde que al final de la presidencia de Lázaro Cárdenas, en 1938, la industria petrolera fue nacionalizada.
Los legisladores del Partido de la Revolución Democrática (PRD) aludieron a la presidencia de Cárdenas en la Cámara del Senado, durante el debate del 6 de agosto y acusaron al Partido Revolucionario Institucional, que es el que tiene la mayoría, de traicionar el legado del fallecido presidente.
Esta legislación es parte de una serie de reformas constitucionales impulsadas por el presidente Enrique Peña Nieto, en relación con el sector energético de México, y con los sectores bancario y de telecomunicaciones, que, según él, revitalizarán la economía de México.