Estar a la espera de sus citas en inmigración y tener que proveer para sus familias es una situación que tiene arrinconados a muchos de los 65.000 migrantes que han llegado durante los últimes meses a la ciudad de Nueva York, y que buscan desesperadamente en qué emplearse. Desconocer sus derechos laborales también los ha empujado a trabajar por menos, y eso generado descontento entre migrantes más antiguos.
“Muchas veces hay un inmigrante que tiene derechos, ciertamente tiene privilegios por decir hace de menos a otro inmigrante y eso es algo muy malo. Cuando yo llegué tenía un salario en ese momento que no entendía se aprovechaban de uno”, cuenta Marcelo, Migrante guatemalteco.
Situación que está siendo aprovechada por algunos empleadores…
“Especialmente si el dueño o el patrón identifica que va a encontrar un trabajador que lo va a hacer por menos pues simplemente le dice, está despedido y eso es legal no tiene que darle ninguna explicación”, Comenta Modesta Toribio, Organizadora de trabajadores de Se hace camino Nueva York.
La competencia sea ha hecho más latente en el sector de los repartidores de comida, la construcción y limpieza.
“Yo pienso que a todos nos gustaría tener un pago digno me imagino, a todos nos va a beneficiar en una u otra manera ya que ahorita la economía está un poco difícil”, dice Ernestina Díaz, Migrante mexicana, Repartidora de comidas.
Organizaciones como Se hace camino Nueva York han incrementado sus esfuerzos para promover las leyes laborales, diferentes a las leyes migratorias.
“Básicamente cómo orientarlos sobre sus derechos, concientizarlos para que ellos sepan que no tienen por qué trabajar menos del salario mínimo de 15 dólares por hora, que tienen derecho a enfermedad”, continúa Toribio.
Esta competencia entre migrantes se ha visto agravada por denuncias de robo de salarios, pagos con cheques sin fondos o empleadores que desaparecen después de una jornada laboral, según reporta Se hace camino Nueva York.