Cientos de migrantes que llegaron a la frontera de México con Estados Unidos para pedir asilo quedaron varados en medio del frío tras la decisión de la Corte Suprema de EEUU de mantener el programa conocido como Título 42 más allá de la fecha prevista.
Estaba previsto que el Título 42 expirara este miércoles.
La administración Biden pidió el martes al tribunal que no levantara los límites, introducidos durante la pandemia, antes de Navidad. El presidente de la corte, John Roberts, había emitido el día anterior una orden temporal para mantener el Título 42.
Poco después de la medianoche todo estaba tranquilo en las orillas del Río Grande en El Paso, Texas, donde estaba desplegada la Guardia Nacional de EEUU.
Cientos de personas se habían congregado junto a la alambrada, colocada por la Guardia Nacional de Texas, pero se marcharon por la tarde cuando las autoridades estadounidenses les dijeron que acudieran a una puerta para ser procesados en grupos pequeños.
En Ciudad Juárez, México, al otro lado de la frontera desde El Paso, cientos de migrantes seguían haciendo fila con la esperanza de que se levantara el Título 42 y pudieran pasar.
En Tijuana, donde se estimaba que unos 5.000 migrantes se alojaban en más de 30 refugios y muchos más arrendaban cuartos y apartamentos, la frontera estaba tranquila el martes por la noche, cuando circularon las noticias entre los aspirantes a solicitar asilo de que nada había cambiado.
Varios muros de casi 10 metros de altura, coronados por alambradas, colocados a lo largo de la frontera con San Diego convertían la zona en un desafío para los cruces ilegales.
Bajo las restricciones del Título 42, más de 2,5 millones de solicitantes de asilo fueron expulsados por las autoridades de EEUU con el argumento de impedir los contagios de COVID-19.
El gobierno federal también pidió al tribunal que rechace los intentos de último minuto de un grupo de estados de tendencia conservadora por mantener por más tiempo la medida y aunque admitió que su fin provocará “trastornos y un aumento temporal de cruces fronterizos ilegales”, la solución no es extenderla de forma indefinida.
Como una decisión al respecto podría darse hasta el último momento, la presión se ha estado acumulando en las comunidades de ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México.
En El Paso, el alcalde demócrata, Oscar Leeser, advirtió que los albergues de Ciudad Juárez se encuentran a su máxima capacidad, con unos 20.000 migrantes dispuestos a cruzar a EEUU.
La ciudad texana tomó medidas para ampliar su capacidad para recibir a más gente y adaptó edificios grandes como albergues, mientras que la Cruz Roja puso a disposición 10.000 catres.
Las autoridades locales también esperan aliviar la presión sobre los albergues de la zona mediante el traslado de migrantes a otras ciudades grandes de Texas y de estados aledaños, acercándolos a familiares o patrocinadores en coordinación con organizaciones sin fines de lucro.
“Seguiremos preparados para lo que venga”, señaló Leeser.
Las restricciones del Título 42 aplican a todas las nacionalidades, pero se han ejercido en mayor medida a los migrantes de países a los que México acepta recibir tras ser expulsados por Estados Unidos, entre ellos Guatemala, Honduras, El Salvador, y más recientemente, Venezuela, además de México.
Las autoridades mexicanas señalaron que se trata de una medida que compete a EEUU, pero se trabaja para brindar una mejor atención a los inmigrantes que buscan cruzar el territorio nacional.
“Se está apoyando en un trabajo conjunto de Migración, de Relaciones Exteriores, de la Secretaría de Infraestructura, de la secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, de Defensa, en su caso la Marina. Participan todos para generar condiciones de mejor atención y cuidar su tránsito”, dijo el secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández.
Mientras, en el sur de México, en Chiapas, cientos de migrantes de diferentes nacionalidades decidieron entregarse voluntariamente a las autoridades que hacían un operativo encabezado por el Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional, para evitar el avance de una caravana.
Los migrantes pretenden así obtener un documento que les permita permanecer legalmente en México de manera temporal y continuar hacia el norte.
[Con reporte de AP y Sara Pablo (VOA)]
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