Miles de mineros de oro tomaban el lunes las principales avenidas y mantenían paralizado el centro de La Paz para reclamarle al gobierno del presidente Luis Arce atención a sus demandas, entre ellas la legalización de la llamada minería ilegal y más áreas de explotación.
Las marchas iniciaron temprano desde diversos puntos de acceso a la ciudad. Los miles de manifestantes anunciaron que confluirán en el centro para un mitin pasado el mediodía. El tráfico en el casco viejo estaba casi paralizado.
“Nos acusan de meternos en áreas forestales protegidas cuando ya tenemos concesiones que deben respetarse. Exigimos reunirnos con el presidente Arce para resolver nuestras demandas. Queremos resultados”, dijo el dirigente minero Roger Cota.
El ministro de Minería, Marcelino Quispe, ha llamado a los movilizados a negociar sus demandas y dijo que el diálogo con el sector está en curso. “Hay que buscar beneficios para el Estado y para las cooperativas mineras”, dijo.
La minería de oro alcanzó el primer lugar en las exportaciones del país hace dos años ante la caída en las ventas al exterior de gas natural y el estancamiento de los precios de otros minerales como la plata, el estaño y el zinc. Más de 100.000 mineros asociados en cooperativas que ellos mismos administran están involucrados en la explotación y manejan un 94% de la producción. Muchas trabajan en sociedad con empresarios chinos y colombianos.
El crecimiento del sector es “rápido y descontrolado” y está invadiendo áreas protegidas de la Amazonia boliviana afectando la vida de las comunidades indígenas debido a la contaminación de ríos con mercurio, según denuncias de activistas, organizaciones indígenas y de las mismas autoridades.
“El oro nos está matando”, dijo hace poco el alcalde de La Paz, Iván Arias, sobre el impacto ambiental negativo de esta actividad económica que el año pasado exportó poco más de 3.000 millones de dólares, según expertos.
Las exportaciones de oro están ayudando al gobierno a enfrentar la crisis económica y la escasez de dólares.