Desde ciudades costeras hasta calles cubiertas de nieve, miles de personas a favor del aborto protestaron el domingo para exigir la protección de los derechos reproductivos y conmemorar el 50 aniversario de la sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos en el caso de Roe vs Wade, que estableció la protección federal a la interrupción del embarazo.
La revocación del fallo del caso de Roe en junio desencadenó una oleada de proyectos de ley en los estados, dividiéndolos entre los que han restringido o prohibido el aborto y los que han tratado de defender su acceso. The Women’s March, impulsada durante la investidura presidencial de Donald Trump en 2017 en medio de un despertar nacional sobre las agresiones sexuales, dijo que se ha vuelto a centrar en el activismo estatal después de que se desestimara el fallo de Roe.
“Esta lucha es más grande que Roe”, dijo Women’s March en un tuit. “Pensaron que nos quedaríamos en casa y que esto terminaría con Roe: se equivocaron”.
Una decena de estados gobernados por republicanos han implementado prohibiciones radicales al aborto, y varios otros buscan hacer lo mismo. Pero esas medidas se han visto contrarrestadas por avances en el otro bando.
Los opositores al aborto fueron derrotados en votaciones sobre medidas electorales en Kansas, Michigan y Kentucky. Los tribunales estatales han impedido que varias prohibiciones entren en vigor. Se han puesto en marcha innumerables iniciativas para ayudar a las pacientes a viajar a estados que permiten el aborto o el uso de medicamentos para abortos autogestionados. Y algunos estados liderados por demócratas han tomado medidas para proteger a pacientes y proveedores de las demandas originadas en estados donde está prohibido el procedimiento.
Los organizadores de la Marcha de las Mujeres afirmaron que su estrategia de cara al futuro se centrará principalmente en medidas a nivel estatal. Sin embargo, los activistas contra el aborto, que han cobrado nueva energía, dirigen cada vez más su atención al Congreso, con el objetivo de presionar para que se imponga una posible restricción nacional al aborto.
La marcha principal del domingo se celebró en Wisconsin, donde las próximas elecciones podrían inclinar la balanza de poder de la Corte Suprema estatal y el futuro derecho al aborto. Pero hubo concentraciones en docenas de ciudades, incluida Tallahassee, la capital del estado de Florida, donde la vicepresidenta Kamala Harris pronunció un encendido discurso ante una bulliciosa multitud.
“¿Podemos ser verdaderamente libres si las familias no pueden tomar decisiones íntimas sobre el curso de sus propias vidas?”, dijo Harris. ”¿Y podemos ser verdaderamente libres si los llamados líderes afirman estar... ‘a la vanguardia de la libertad’ mientras se atreven a restringir los derechos del pueblo estadounidense y a atacar los fundamentos mismos de la libertad?”.
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