Dos atacantes suicidas detonaron este domingo una bomba frente a edificios gubernamentales turcos en Ankara, que causaron heridas a dos agentes de policía, mientras un grupo militante kurdo se adjudicó el atentado.
Las autoridades dijeron que fue el primer atentado terrorista en la capital en años.
Imágenes de circuito cerrado de televisión obtenidas por Reuters mostraban a un vehículo que se acercaba a la puerta principal del Ministerio del Interior y a uno de sus ocupantes caminando rápidamente hacia el edificio antes de verse envuelto en una explosión, mientras el otro permanecía en la calle.
La explosión mató a uno de los atacantes y las autoridades "neutralizaron", o mataron, al otro, dijo el ministro del Interior sobre el incidente que sacudió un distrito central que alberga edificios ministeriales y el cercano Parlamento.
En un discurso pronunciado en la apertura de una nueva sesión parlamentaria horas después, el presidente Tayyip Erdogan calificó el atentado de la mañana de "último intento" de infligir terror a los turcos.
"Quienes amenazan la paz y la seguridad de los ciudadanos no han logrado sus objetivos y nunca los lograrán", afirmó.
El sitio web ANF News, cercano al grupo militante Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), dijo que un grupo llamado "Batallón de los Inmortales" había cometido el ataque, citando una declaración del PKK.
El comunicado describía el atentado como un "ataque suicida" planeado para coincidir con la apertura del Parlamento y llevado a cabo por "un equipo nuestro vinculado a nuestro Batallón de los Inmortales".
Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea consideran al PKK organización terrorista. Lanzó una insurgencia en el sureste de Turquía en 1984 y más de 40.000 personas han muerto en el conflicto.
La bomba en el bulevar Ataturk fue la primera en Ankara desde 2016, cuando una oleada de atentados mortales se apoderó del país.
Un video posterior mostró un vehículo de carga Renault estacionado allí, con las ventanas destrozadas y las puertas abiertas, entre escombros y rodeado de soldados, ambulancias, camiones de bomberos y vehículos blindados.
Un alto cargo turco dijo a Reuters que los atacantes habían secuestrado el vehículo y matado a su conductor en Kayseri, ciudad situada a 260 kilómetros al sureste de Ankara, antes de cometer el atentado. Uno de los agentes heridos sufrió lesiones de metralla, añadió.
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