Con una pancarta en las manos y la bandera de Nicaragua al revés, la exrea política Lisetth Pérez —término con el que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) cataloga a los manifestantes detenidos durante las protestas— recibió a la Voz de América para denunciar la detención de sus compañeros, la que considera arbitraria.
Visiblemente conmocionada, expresa que se siente impotente al ver cómo el Gobierno del presidente nicaragüense Daniel Ortega detuvo hace unos meses a algunos excombatientes históricos que ayudaron a derrocar por las armas al dictador Anastasio Somoza a mediados de 1979.
Así mismo, denuncia que el Gobierno sandinista se ha ensañado, principalmente, contra los excombatientes históricos pese a que, hace unos años, respaldaron a Ortega, quien está siendo presionado a nivel nacional e internacional por la manera en la que, según organismos de derechos humanos, reprimió las manifestaciones en su contra a mediados de abril de 2018.
“La revolución, que nosotros tanto luchamos por tener, se desvirtuó (…) Jamás esperamos este voltión del frente sandinista. Me es inaudito. Inconcebible pensar que hoy nuestros guerrilleros, nuestras gloria estén presos. Un Carlos Brenes (excombatiente detenido) que dio su vida por Masaya que esté preso, es increíble. Eso es para los delincuentes no para nosotros. En vez de unir al pueblo nos siguen dividiendo, apresando y desapareciendo”, denunció la exrea.
Ortega persigue a excombatientes por temor
La exguerrillera, revolucionaria y política nicaragüense Mónica Baltodano, quien se destacó durante la etapa final de la insurrección contra Somoza entre 1978 y 1979, explicó que la persecución de Ortega contra los excombatientes no es nada nuevo y que los persigue por temor a que los disidentes se organicen y resistan.
“Eso no es nuevo. Tiene bastante tiempo. Yo creo que no se pueden olvidar las muertes de Carlos Guadamuz (periodista asesinado a balazos en 2004, quien por varios años fue amigo íntimo de Daniel Ortega en la primera etapa del sandinismo), la muerte misteriosa de Herty Levites (político y revolucionario nicaragüense) o del FAS, que era una agrupación de puros excombatientes sandinistas y que fueron masacrados”, declaró Baltodano.
“Tampoco olvidemos todos los esfuerzos que venimos haciendo nosotros en la actualidad; sin embargo, éramos sometidos a una brutal represión y ahora lo estoy viendo con la cantidad de excombatientes, excapitanes, incluso, mi hermano, que fue fundador de la Juventud Sandinista. Hay un ensañamiento contra los sandinistas históricos porque ellos saben quiénes somos y eso es determinante para su inminente caída”, vaticinó.
De acuerdo con Baltodano, los excombatientes son portadores “de un sentido de libertad y justicia” y es por ello que “estamos poniendo en juego nuestra vida”.
Comandante Cero: Aquí no se persigue a nadie
A pesar de las críticas de varios excombatientes históricos, Edén Pastora, aliado del Gobierno de Daniel Ortega, aseguró que en Nicaragua no se persigue a nadie y que quienes están detenidos es por haber cometido crímenes.
“Aquí no se le persigue a nadie. ¡Ah, el que mató, torturó, quemó la casa de los sandinistas, quemó los cadáveres de los sandinistas, definitivamente, van a la cárcel!”, aseveró Pastora.
“La Mónica Baltodano no puede decir que yo llamé a quemar gente. Lo que sí puedo decir es que estaba en contra de los tranques, que estábamos secuestrados con los tranques. Eso sí lo puedo decir”, respondió Pastora a la histórica exguerrillera.
Asimismo, Pastora manifestó: “No importa que hayan sido sandinistas. Si cometieron crímenes deben pagar. Nosotros pasamos once años y todos estos organismos se declaraban en huelga y nadie les decía nada”.
El comandante Pastora descartó la posibilidad de que en el país se origine otro conflicto armado porque “Nicaragua quiere la paz”.
“Ortega quisiera que nosotros tomáramos las armas porque él tiene un ejército y una policía a su servicio. Él quisiera que nos fuéramos al terreno de lo militar para acabarnos, pero no pasará eso. Él tiene miedo a la capacidad de resistencia, a nuestra capacidad de organización”, concluyó la exguerrillera Mónica Baltodano.
La mayoría de los excombatientes históricos se han separado del partido de izquierda Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) desde que Daniel Ortega perdió el poder en 1990.
Durante el estallido social de abril de 2018, gran parte de los excombatientes históricos protestaron a nivel nacional para exigir libertad, justicia y democracia en el país centroamericano.