Los lobbies de los hoteles en Managua parecieran estar vacíos. Primero cuatro, luego tres, ahora solo dos periódicos quedan en las mesas para sus visitantes y huéspedes que todavía se resisten a informarse a través de los medios digitales.
Con la suspensión impresa del diario La Prensa, el periódico más antiguo de Nicaragua, que denunció una nueva retención a su materia prima, las alternativas de la ciudadanía para informarse cada vez son menos.
Los diarios que quedan en pie son pequeños boletines de suscripciones que habitualmente se encuentran en algunos comercios y centros privados. Ya no hay pregoneros en las calles ni estanquillos con periódicos en los populosos mercados de Managua para que la población se enteren del acontecer del día a día.
“La información ahora queda de boca en boca”, dice un ciudadano de la capital nicaragüense que se identificó como Marcos.
Trinchera de la Noticia y Bolsa de Noticias son los periódicos que han sobrevivido a tres años de crisis sociopolítica, sin embargo, su alcance es limitado por los costos y porque circulan únicamente en Managua.
Ambos periódicos llegan al segmento de los que toman decisiones en Nicaragua como políticos, empresarios, líderes sociales, religiosos, gobierno, cuerpo diplomático, periodistas, analistas y líderes de organizaciones sociales.
Trinchera de la Noticia fue fundado por el periodista Xavier Reyes Alba. Su primera edición salió oficialmente hace unos 22 años, el 6 de septiembre de 1999.
Bolsa de Noticias emergió hace unos 47 años, aunque con suspensiones en ciertos períodos de tiempo.
“Bolsa de Noticias fue fundado en 1974 y tuvo un lapsus en 1979 cuando Anastasio Somoza mandó a confiscar nuestras publicaciones. Agarró nuestra última edición y no circuló hasta 1990 con el triunfo de doña Violeta Barrios de Chamorro”, dijo a la Voz de América su directora Elsa Suárez.
El periódico Trinchera de la Noticia tiene un costo anual de 350 dólares por una suscripción, mientras que Bolsa de Noticias cuesta 360 dólares.
Ambos medios también se han resentido con la crisis sociopolítica al reducirse los anunciantes, que en su mayoría son empresas.
“Con la crisis del año 2018 nos vimos afectados en nuestro tiraje, pero hemos podido ajustar nuestra empresa a la realidad que se vive en el país. Siempre hemos trabajado como si estuviéramos en crisis debido a las distintas situaciones que se han vivido en el país”, dijo una fuente de Trinchera de la Noticia que prefirió no ser citada.
La directora, Elsa Suárez, reconoce un caída sustancial en los ingresos del medio a raíz de la crisis política.
“Nosotros sufrimos una reducción de los anuncios y suscriptores después de 2018 por varios motivos: por la crisis económica que resultó después del 2018 y luego porque los suscriptores que en su mayoría eran empresas cerraron a raíz de 2018. En cuanto a los anuncios, las empresas hicieron una reducción en su pastel publicitario. Por eso nos afectó a los medios que quedamos”, señala Suárez.
El fin de los medios impresos
Antes de la crisis sociopolítica la variedad para informarse era amplia. Desde periódicos regalados, como Metro, hasta medios populares como el diario HOY, que tenía un público popular para personas de los mercados y cuyo costo era relativamente bajo.
Los grandes diarios como La Prensa y El Nuevo Diario llegaban a la clase media y alta del país. Su contenido era mucho mayor que el resto de los medios y tenía varias secciones como deportes, nación, política, economía y entretenimiento.
“Metro era dirigido a jóvenes capitalinos universitarios y trabajadores de oficina. Se entregaba solo a conductores de vehículos particulares. Imprimía 60.000 ejemplares diarios y a las 9.00 a.m. ya no había periódicos. Eran más de 50 puntos de distribución en las diferentes avenidas”, recuerda Eliud Garmendia, ex periodista digital de Metro.
Tras la crisis de 2018, La Prensa fue el primer medio en denunciar la retención a su materia prima. Luego lo hizo El Nuevo Diario, que rompió el silencio que mantuvo tras ser adquirido por empresarios privados que muchas veces omitían noticias referentes al rumbo autoritario que tomaba el país, según sus críticos.
La retención a los insumos de El Nuevo Diario y otras presiones acabaron con el periódico, que tenía casi 40 años de historia. Junto a él también se suspendieron las publicaciones de Metro y Quiubo.
Uno de sus directivos, Luis Rivas, actualmente se encuentra bajo prisión y es investigado por supuestamente violar la Ley 1055, conocida como Ley de Soberanía.
“Después de casi 40 años de estar informando sin interrupción a la sociedad nicaragüense, El Nuevo Diario suspende esa labor a partir de hoy debido a las circunstancias económicas, técnicas y logísticas adversas que enfrenta”, señalaba parte de su editorial emitido en septiembre de 2019, a un poco más de un año del inicio de la crisis política.
Sus colaboradores se mostraron sorprendidos de la noticia, que fue tomada de un momento a otro sin que se les notificara sobre el cierre.
La Prensa resistió un poco más al reducir el número de páginas hasta que finalmente su papel fue liberado 18 meses después.
No obstante el diario no pudo resistir el nuevo bloqueo a su materia prima a inicios de agosto, hasta finalmente anunció la suspensión temporal de su edición impresa, poniendo fin a casi 100 años de historia.
Los directivos del periódico opositor actualmente se encuentran bajo procesos investigativos por supuesta “defraudación aduanera”, cargos que han sido rechazados por reporteros que ven “un fin político” para acabar con el diario más antiguo de Nicaragua.
Los retos de los medios existentes
Hasta la fecha, tanto el diario La Prensa, que por ahora quedó únicamente en digital, así como Trinchera de la Noticia y Bolsa de Noticias tienen el reto de continuar informando a la población y se resisten a frenar operaciones.
Otros medios que estaban en formato televisivo y que también cerraron operaciones o cuyos edificios fueron confiscados, como 100%Noticias y Confidencial, son un ejemplo de la resistencia del periodismo, afirma Lucía Pineda Ubau, galardonada con el premio internacional Coraje en Periodismo.
“El régimen de Daniel Ortega le impuso un bozal a toda Nicaragua. Este mes de agosto culmina con el cierre de La Prensa, el más influyente y el único que era escrito de circulación nacional”, dice Ubau.
Señala que tanto 100% Noticias y Confidencial han logrado resistir tras la confiscación, asalto y arrestos.
“La opción para vencer la censura ha sido seguir en plataformas web, YouTube y redes sociales, que en estos tiempos se han convertido en el gran medio . La gente busca la verdad, y esa la brindan medios independientes ya que destacan la realidad que vive cada nicaragüense”, concluye Ubau.
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