Las autoridades de Beijing han impuesto nuevas medidas de confinamiento en por lo menos 21 vecindarios para prevenir un mayor avance del coronavirus, que ya ha enfermado a 106 personas en la capital china.
El número total de casos aumentó el lunes luego que funcionarios confirmaran 27 nuevas infecciones. El nuevo brote de Beijing, que fue reportado el jueves pasado, ha sido vinculado al mercado de mariscos Xinfadi, en un distrito del sur de la capital.
Unos 90.000 residentes de los vecindarios acordonados han recibido órdenes de confinarse en sus casas y someterse a exámenes periódicos. Las autoridades de Beijing también han prohibido a los residentes de barrios de alto riesgo que salgan de la capital, y han impuesto restricciones similares a los taxis y otros vehículos de transporte.
A pesar de los esfuerzos de Beijing, unos cuantos casos de COVID-19 han sido reportados fuera de la capital. Por lo menos una persona ha dado positivo al virus en la provincia de Sichuan tras volar desde Beijing, mientras en la vecina provincia de Hebei se han reportado cuatro nuevos casos, tres ellos sospechosos de estar relacionados al brote de Beijing.
Varias ciudades están obligando a los viajeros a someterse a estrictos períodos de aislamiento al llegar para prevenir una repetición del brote que se originó en Wuhan a finales del año pasado, desatando una pandemia que ya ha enfermado a ocho millones de personas, y causado la muerte a casi 440.000 personas alrededor del mundo.
Mientras tanto, Nueva Zelanda ha reportado su primer nuevo caso de COVID-19, solo días después de haberse declarado libre del virus. Las autoridades dijeron que dos mujeres que volaron desde Londres para visitar a un familiar agonizante, dieron positivo en la prueba, pero sólo después que se les permitió salir de cuarentena en el aeropuerto y viajar por carro desde Auckland hasta Wellington.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirma que no existe un lugar que pueda considerarse un ambiente “riesgo cero” ante el coronavirus.
El director de programas de emergencia de la OMS, doctor Michael Ryan, respondía el lunes preguntas de los periodistas en Ginebra sobre la seguridad del transporte aéreo en momentos en que los países europeos abren sus fronteras a turistas de ese continente.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advirtió de un posible resurgimiento del COVID-19 en países donde la pandemia aparentaba haber desaparecido.
Tedros dijo que más de 100.000 casos confirmados han sido reportados alrededor del mundo durante las últimas dos semanas y los países que habían logrado aplanar su curva, “deben ahora estar atentos a la posibilidad de un resurgimiento”. La mayoría de los casos han sido en Latinoamérica y en el sur asiático, explicó.
Entre las naciones del sur asiático están Pakistán, donde los expertos dicen que el número de nuevos casos podría duplicarse a finales de mes si la gente continúa haciendo caso omiso al distanciamiento social y otras precauciones.
Pakistán tuvo 144.478 casos y 2.729 muertes, según el monitoreo de la Universidad Johns Hopkins, y los funcionarios en ese país advirtieron que podrían registrarse hasta 1,2 millones de casos para en julio. Pakistán levantó su confinamiento el 9 de mayo haciendo referencia al desgaste económico. Desde entonces ha visto aumentar sus cifras de infecciones de un positivo en cada diez pruebas a uno en cada cinco pruebas.
Mientras tanto, millones de europeos están nuevamente llenando los restaurantes y poniendo los pies sobre la arena de las playas al haberse relajado las restricciones fronterizas para movilizarse por todo el continente.
A los estadounidenses y asiáticos aún les está prohibido entrar a la Unión Europea por un mes más, como mínimo. Pero a los europeos ya se les permite visitar a sus países vecinos, aún cuando se les recomienda ser cautelosos.
“Tenemos a la pandemia bajo control, pero la reapertura de nuestras fronteras es un momento crítico”, dijo el presidente español, Pedro Sánchez. “La amenaza es aún real. El virus sigue ahí afuera”.
Pero los visitantes deben someterse a una cuarentena de 14 días, por lo que varios países mantienen cerradas sus fronteras para los ingleses, por ahora.
En Estados Unidos, un reporte de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades dijo que la tasa de mortalidad del COVID-19 es 12 veces más alta en el caso de personas con enfermedades crónicas, en relación a otras personas que han sido infectadas.
Las enfermedades que más riesgo representan para una persona que contrae el virus son enfermedades del corazón, diabetes y enfermedades pulmonares.
Una nueva encuesta de la Universidad de Chicago encontró que el 11 por ciento de los afroestadounidenses tienen un amigo cercano o un pariente que murió de coronavirus, en comparación a un cuatro por ciento de las personas de raza blanca.
Los expertos sanitarios dicen que hay otras razones que inciden en la mayor mortalidad entre los afrodescendientes, más allá de las condiciones preexistentes y la falta de acceso a servicios de salud de calidad.
Y nuevas proyecciones de un modelo creado por el Instituto de Métrica Sanitaria y Evaluación de la Universidad de Washington indicaron que el saldo de muertes en Estados Unidos podría sobrepasar los 200.000 casos en octubre.