Japón conmemoró el sábado el 75to aniversario de su rendición en la Segunda Guerra Mundial, y el emperador Naruhito expresó su “profundo arrepentimiento” en sombríos actos conmemorativos limitados por la pandemia del coronavirus.
Naruhito prometió reflexionar sobre la conducta de su país en el conflicto bélico y expresó esperanzas de que nunca más vuelva a ocurrir semejante tragedia. No hubo ningún mensaje de contrición por parte del primer ministro Shinzo Abe, quien agradeció a militares que dieron sus vidas en la guerra pero no mencionó a los vecinos que sufrieron de la agresión japonesa.
“Reflejando sobre nuestro pasado y teniendo en cuenta el sentimiento de profundo arrepentimiento, es mi sincera esperanza de que nunca más se repitan los horrores de la guerra”, expresó Naruhito en un breve discurso en Tokio en ocasión del aniversario de la capitulación japonesa, el 15 de agosto de 1945.
En medio de temor en el país por la crisis del coronavirus y el envejecimiento de la generación que vivió la guerra, el evento tuvo una asistencia de apenas 500 personas, comparado con 6.200 el año pasado. Hubo un minuto de silencio en el acto en que hubo la obligación de vestir mascarillas y no se cantó el himno nacional “Kimigayo”.
Naruhito ha prometido seguir los pasos de su padre, que en sus 30 años en el trono trató de compensar por una guerra librada en honor del entonces emperador Hirohito.
Abe ha tratado de dejar atrás el triste pasado de su país en la guerra, desde que asumió el poder en diciembre del 2012. En los discursos de cada 15 de agosto no menciona la actitud bélica de Japón durante la guerra aunque durante casi 20 años, desde la era del primer ministro socialista Tomiichi Murayama, se había vuelto una tradición pedir disculpas por esa conducta.