Ataques aéreos del gobierno en el norte de Afganistán dejaron 24 muertos, incluidos niños, y seis heridos, según dijeron testigos el domingo a The Associated Press.
La mayoría de los muertos en los ataques del sábado eran civiles, según los dos testigos con los que contactó AP. Los bombardeos alcanzaron la aldea de Sayed Ramazan, en la provincia norteña de Kunduz.
El distrito de Khanabad, donde está el poblado, está controlado por los talibanes.
El Ministerio afgano de Defensa, sin embargo, dijo que los ataques aéreos habían matado a 30 combatientes talibanes, aunque añadió que se estaban investigando las denuncias de que había civiles entre los fallecidos.
Mientras tanto, los negociadores del gobierno y el Talibán se reunían por primera vez en Qatar para abordar el futuro de Afganistán y el final de décadas de guerra y conflicto.
Vecinos del pueblo dijeron que el primer bombardeo había alcanzado una casa propiedad de un combatiente talibán, donde se registraba a la gente para comprobar que no tenían conexiones con el gobierno. La explosión prendió fuego a una vivienda cercana y atrapó a una familia dentro, dijo Latif Rahmani, que presenció los ataques.
En declaraciones a AP por teléfono, Rahmani dijo que vecinos y campesinos había corrido al lugar para tratar de apagar el incendio y rescatar a la familia atrapada cuando se produjo un segundo ataque, que mató a muchos de ellos.
Rahmani, que dijo estar trabajando en su casa en el momento del ataque, advirtió a sus vecinos que no corrieran hacia los edificios en llamas por miedo a un segundo ataque.
"Grité a la gente y les dije que no fueran porque quizá habría otro ataque, pero corrieron a ayudar y apagar las llamas", dijo Rahmani.
Un segundo testigo en la zona, Kalamuddin, que como muchos afganos sólo utiliza un nombre, dijo que sólo había muerto un combatiente talibán, que vivía en la primera casa atacada.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid condenó los ataques y dijo que el Talibán no tenía operaciones militares en la zona en el momento del bombardeo.
Naciones Unidas ha criticado duramente a ambos bandos del conflicto por la matanza constante de civiles en la larga guerra afgana.
Las conversaciones de paz en Qatar formaban parte de un acuerdo de Estados Unidos con el Talibán que llevaría a la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán.
A principios de julio, miembros del ejército afgano lanzaron morteros a un bullicioso mercado en la región sureña de Helmand, matando a 23 personas. El Ministerio de Defensa sigue investigando el incidente.
También el sábado se lanzaron al menos seis cohetes a la base de la operación Apoyo Decidido de la OTAN en la sureña Kandahar. No se reportaron bajas y nadie reivindicó el ataque. En un comunicado, la OTAN señaló que si el Talibán estaba detrás del suceso, podría poner en peligro el acuerdo de paz con Washington, en el que los talibanes prometieron no atacar a las fuerzas estadounidenses y de la OTAN.