El papa Francisco instó a los sacerdotes a ser humildes como Jesús durante una misa del Jueves Santo al inicio de los tres días previos a la Pascua, todos reducidos debido a la pandemia del coronavirus.
No estaba claro por qué el Papa, que en el pasado ha celebrado el servicio en cárceles o en hogares de ancianos, había delegado la misa vespertina, que es el segundo evento del día. Algunos han especulado que quiere descansar antes de tres días más ocupados, informó la agencia Reuters. Francisco sufre de ciática, que le causa dolor cuando está en crisis.
El Jueves Santo es el día en que los cristianos conmemoran el día en que Jesús instituyó el sacerdocio.
Países de América Latina celebran también las jornadas en medio de medidas para contener el avance de la enfermedad.
El papa, líder de la Iglesia Católica Romana de 1.300 millones, celebró la misa en una parte secundaria de la Basílica de San Pedro para unas 200 personas en lugar de las casi 10.000 del pasado.
Es la segunda temporada consecutiva de Pascua bajo restricciones por el COVID-19. El Vaticano sigue las pautas de Italia, que ha experimentado un resurgimiento de infecciones y muertes.
Francisco, de 84 años, bendijo óleos para los sacramentos de la Iglesia y dirigió a cardenales, obispos y unos 75 sacerdotes a renovar sus votos.
En su homilía, Francisco pidió a los sacerdotes que fueran humildes, recordándoles que Jesús se preocupaba por los pecadores y marginados sin tener en cuenta el "desprecio de los santurrones" de los críticos de su época.
Papa delega segundo evento del jueves
Francisco ha delegado a un cardenal para dirigir el segundo evento del Jueves Santo por la noche.
Tradicionalmente en esta ocasión el celebrante lava y besa los pies de 12 personas para conmemorar el gesto de humildad de Jesús hacia sus apóstoles, pero este año las restricciones por coronavirus han omitido esa parte del ritual.
El Vaticano no explicó por qué el Papa delegó el evento, aunque se sabe que padece de dolores de espalda.
Francisco presidirá dos servicios el Viernes Santo, el día en que los cristianos conmemoran la crucifixión y dos el Sábado Santo.
El Domingo de Resurrección, el día más importante del calendario litúrgico cristiano, entrega su mensaje "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo).
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