El Día Mundial de los Refugiados, que se conmemora el sábado, es una oportunidad para reconocer el coraje y las luchas de millones de refugiados que han huido de sus hogares debido a la persecución y el conflicto dijo el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo.
En una declaración divulgada el sábado, Pompeo dijo que: “Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el número de desplazados forzosos en todo el mundo aumentó a casi 80 millones en 2019. Estados Unidos reafirma su compromiso de lograr los mejores resultados humanitarios para los millones de personas desplazadas en todo el mundo.”
Con este fin, indica el secretario de Estado, “la Estrategia de Seguridad Nacional de EE.UU. nos dirige a continuar liderando el mundo en asistencia humanitaria y a apoyar a las personas desplazadas lo más cerca posible de sus hogares para ayudarles a satisfacer sus necesidades hasta que puedan regresar a sus hogares de manera segura y voluntaria”.
Este año se cumple el 40 aniversario de la Ley de Refugiados de 1980, que estableció la Oficina del Coordinador de Asuntos de Refugiados de Estados Unidos que se convirtió en la Oficina de Población, Refugiados y Migración del Departamento de Estado.
La Ley de Refugiados fue la primera pieza integral de la legislación estadounidense diseñada para abordar las realidades de los refugiados modernos al proporcionar mecanismos flexibles para abordar situaciones de refugiados que cambian rápidamente.
“Desde Venezuela hasta Siria y Afganistán, hasta Sudán del Sur y Birmania, Estados Unidos es un catalizador para la respuesta internacional a la crisis humanitaria”, indicó Pompeo.
EE.UU. llama al mundo a trabajar en conjunto
“Es esencial que la comunidad internacional trabaje en conjunto para ser eficaz en abordar las crisis que impulsan el desplazamiento y conducen a situaciones graves”, señala el secretario de Estado.
Pompeo agregó que “Esto comienza con la responsabilidad de los gobiernos involucrados y sus socios regionales de tomar medidas para poner fin al conflicto rápidamente y crear condiciones seguras para sus pueblos”.
En el año fiscal 2019, Estados Unidos proporcionó más de 9,5 millones de dólares, y en la última década ha proporcionado casi 70.000 millones en asistencia humanitaria.
Esta asistencia llega a decenas de millones de personas desplazadas y afectadas por crisis en todo el mundo, brindando apoyo y servicios urgentes que salvan vidas, incluyendo alimentos, vivienda, atención médica, educación y acceso a agua potable.