El Vaticano ha defendido por años al Papa durante la Segunda Guerra Mundial, Pío XII, contra las críticas de que mantuvo silencio sobre el Holocausto, insistiendo que trabajó tras bastidores para salvar vidas.
Un nuevo libro que cita archivos del Vaticano recientemente liberados sugiere que los esfuerzos más intensos para salvar vidas estuvieron enfocados en judíos convertidos al catolicismo o hijos de matrimonios mixtos entre católicos y judíos.
Documentos que reflejan búsquedas frenéticas por certificados de bautismo, listas de nombre de conversos entregadas por el Vaticano al embajador alemán y peticiones de católicos al Papa para encontrar a familiares de ascendencia judía están incluidos en el libro de David Kertzer “The Pope at War” (El Papa en la guerra) publicado el martes en Estados Unidos.
El libro sigue los pasos al libro anterior de Kertzer “El Papa y Mussolini”, que ganó el premio Pulitzer, sobre el antecesor de Pío XII, Pío XI.
La obra utiliza loe millones de documentos liberados recientemente de los archivos del Vaticano y archivos estatales de Italia, Francia, Alemania, Estados Unidos y Gran Bretaña para trazar una historia de la Segunda Guerra Mundial a través del prisma del papado de Pío XII y su extensa red diplomática con el Eje y las naciones aliadas.
“La cantidad de material en esos archivos sobre la búsqueda de registros bautismales de judíos que pudieran salvarlos es realmente sorprendente”, dijo Kertzer en una entrevista telefónica antes de la publicación del libro.
El libro de 484 páginas y sus casi 100 páginas de referencias, dibujan a un pontífice tímido que no estuvo guiado por el antisemitismo, sino por una convicción de que la neutralidad del Vaticano era la mejor opción para proteger a la Iglesia católica en medio del conflicto.
Kertzer, un profesor de antropología y estudios italianos en la Universidad de Brown, sugiere que la principal motivación de Pío fue el temor: temor por la Iglesia y los católicos en los territorios ocupados por la Alemana nazi, mientras creía hasta el final que el Eje ganaría, y el temor de que el comunismo ateo se propagara por la Europa cristiana si el Eje perdía.
Para aliviar ese temor, dice Kertzer, Pío trazó un camino extremadamente cauteloso para evitar a toda costa un conflicto con los nazis. Hubo órdenes directas al periódico del Vaticano, L’Osservatore Romano, de no escribir sobre las atrocidades de los nazis y de asegurar una cooperación impecable con la dictadura de Benito Mussolini en Italia.
Eso significaba no decir ni una palabra en público que explícitamente denunciara las matanzas de la SS, incluso cuando los judíos eran capturados fuera de las paredes del Vaticano, como en el 16 de octubre de 1943, y enviados en trenes hacia Auschwitz.
Kertzer concluye que Pío no fue el “Papa de Hitler”, como lo describe el título de un libro de John Cornwell, pero tampoco el campeón de los judíos que presentan sus defensores.
Marla Stone, profesora de humanidades de la American Academy of Rome, dijo que el libro “toma una postura entre los polos opuestos de la interpretación histórica”.
“El Papa en la Guerra” es uno de varios libros que comenzaron a publicarse dos años después de que el papa Francisco abrió antes de tiempo los archivos sobre Pío XII. Eso ha dado a los académicos un acceso total para resolver las interrogantes sobre lo que hizo o no hizo durante el Holocausto.
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