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Trump califica de "fraude" a un libro nuevo sobre su presidencia


Archivo. El experiodista del Washington Post, Bob Woodward, en una foto del 11 de junio de 2012, durante un evento del periódico para conmemorar el 40 aniversario de Watergate, el escándalo que llevó a la renuncia del presidente Richard Nixon y que Woodward ayudó a revelar.
Archivo. El experiodista del Washington Post, Bob Woodward, en una foto del 11 de junio de 2012, durante un evento del periódico para conmemorar el 40 aniversario de Watergate, el escándalo que llevó a la renuncia del presidente Richard Nixon y que Woodward ayudó a revelar.

El presidente Donald Trump afirmó que las citas en un nuevo libro sobre su presidencia "son un fraude”, una estafa para el público".

Extractos del nuevo libro sobre la presidencia de Trump, escrito por el periodista al que se acredita haber ayudado a que el presidente Richard Nixon renunciara, dice que la actual administración está sufriendo un "golpe de Estado administrativo" y un "colapso nervioso" durante sus primeros 19 meses.

"Miedo: Trump en la Casa Blanca", un libro de 448 páginas de Bob Woodward que se publicará el 11 de septiembre, describe a asistentes que roban papeles del escritorio del presidente y toman otras medidas para eludir las intenciones del comandante en jefe. Describe a Trump como peligrosamente ignorante de los asuntos mundiales y su Casa Blanca como disfuncional y devastadoramente acosada por enemistades internas.

El presidente reaccionó en Twitter diciendo que “El ya desacreditado libro de Woodward, tantas mentiras y fuentes falsas, dice que llamé a Jeff Sessions "retrasado mental" y "tonto sureño". No dije nada de eso, nunca usé esos términos con nadie, incluido Jeff, y ser sureño es una gran cosa. ¡Hizo esto para dividir!

También el martes, el presidente dijo: “Es solo otro mal libro. Él tiene muchos problemas de credibilidad”, indicó Trump, refiriéndose a Woodward y su libro, al portal web conservador Daily Caller, agregando que “son solo cosas desagradables. Nunca hablé con él. Tal vez nunca recibí el mensaje de su llamada. Probablemente hubiese hablado con él si hubiese llamado, si hubiese llegado. Por alguna razón no recibí el mensaje sobre esto”.

Aunque han habido revelaciones por parte de periodistas y ex trabajadores de la Casa Blanca sobre“convulsiones” en el ala Oeste de la Casa Blanca desde la toma de posesión en enero de 2017, Woodward pinta un retrato mucho más perturbador de esta administración.

Extractos fueron presentados este martes en reportes de CNN y el Washington Post.

El libro cita al jefe de Gabinete John Kelly describiendo al presidente como “desquiciado”.

Kelly también es citado diciendo en una junta de Gabinete que el presidente es un “idiota”, “no tiene sentido tratar de convencerlo de nada. Está descarrilado. Estamos en una “ciudad de locos”.

El general retirado de la Marina, cuya frustración con su actual cargo y jefe han hecho antes noticia, es citado diciendo que “ni siquiera se por qué ninguno de nosotros estamos aquí. Este es el peor trabajo que he tenido”.

Kelly, en una declaración horas después de que los reportes de los medios sobre el libro salieran, contraatacó.

“La idea de que alguna vez llamé al presidente un idiota no es verdad”, dijo, reiterando que tiene “una increíblemente franca y fuerte relación” con Trump. “Siempre sabe dónde estoy parado, y él y yo sabemos que esta historia es completa mentira”.

En su declaración, Kelly enfatizó que está comprometido con la presidencia de Trump, su agenda y el país.

“Este es otro patético intento de manchar a las personas cercanas al presidente Trump y distraer de los muchos éxitos de la administración”, indicó.

El secretario de Defensa Jim Mattis también es citado en el libro diciendo que Trump comprende el material al nivel de “5to o 6to grado”.

El libro asegura que después de que el presidente sirio ordenara que se usaran armas químicas contra civiles en abril de este año, Trump llamó a Mattis y le dijo que quería asesinar a Bashar al-Assad. Mattis es citado diciéndole a un asistente de la Casa Blanca después de colgar la llamada que “no vamos hacer nada de eso. Vamos a ser mucho más comedidos”.

“Nunca he escuchado ni una sola vez al presidente hablando de asesinar a Assad”, respondió la embajadora de los Estados Unidos en las Naciones Unidas, Nikki Haley, cuando le preguntaron en una rueda de prensa sobre esa afirmación del libro.

El libro de Woodward “no es nada mas que historias fabricadas mayormente por ex trabajadores descontentos para hacer ver mal al presidente”, dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca Sarah Sanders en las declaraciones del martes. “Si bien no siempre es bonito, y raro que la prensa lo cubra, el presidente Trump ha roto el proceso burocrático para entregar éxitos sin precedentes para el pueblo estadounidense. A veces es poco convencional, pero siempre obtiene resultados.”

Uno de los predecesores de Sanders, Ari Fleischer, quien trabajó como secretario de prensa del presidente George W. Bush, notó que había estado del otro lado en uno de los libros previos de Woodward. “Había citas en él que no me gustaban. Pero ni una sola vez - nunca - creí que Woodward las inventó”.

Fleischer escribió en Twitter que “fuentes anónimas han soltado sus labios y pueden que se hayan tomado libertades. Pero Woodward siempre juega recto. Alguien se lo dijo”.

El ex abogado principal del presidente, John Dowd, es citado en lenguaje gráfico refiriéndose a Trump como un “mentiroso” que terminará usando un “traje naranja” si él da su testimonio al fiscal especial Robert Mueller, quien está investigando lazos entre la campaña presidencial de Trump en 2016 y Rusia.

Dos oficiales que desde entonces dejaron la Casa Blanca, el consejero económico Gary Cohn, y el secretario del Gabinete Rob Porter, se dice que sacaron documentos del escritorio del presidente para evitar que los firmara “para proteger al país”.

El libro de Woodward se basa en cientos de horas de entrevistas grabadas y docenas de fuentes en el circulo más cercano de Trump, que hablaron con la condición de no ser identificados, como también documentos e inclusive resúmenes de reuniones secretas.

Woodward pidió en repetidas ocasiones una entrevista con Trump pero nunca la obtuvo.

Fear: Trump in the White House
Fear: Trump in the White House

De acuerdo a la grabación de una llamada que Woodward le hizo a Trump el mes pasado, y publicada por el Washington Post, Trump acusó al periodista de “escribir un libro muy inexacto” que no refleja el que ningún predecesor “nunca ha hecho un mejor trabajo que el que yo estoy haciendo como presidente.”

El libro también tienen extractos de discusiones entre el abogado del presidente y Mueller.

El fiscal especial es citado diciendo “necesito el testimonio del presidente” para determinar la intención de Trump al despedir a James Comey como director del FBI.

“Quiero ver si fue un intento corrupto”, Mueller es citado afirmando.

El presidente recientemente escaló su disputa con su propio fiscal general, Jeff Sessions, quien se retiró de supervisar la investigación de Mueller, una acción que molestó a Trump.

“Este tipo tiene retraso mental”, Trump es citado en el libro, diciendo sobre Sessions. “Él es este tonto sureño”, le dijo Trump a Porter, quien era Secretario de Gabinete en ese entonces, burlándose de Sessions imitando su acento del sur de Estados Unidos.

La inclinación del presidente de hacer declaraciones provocativas en las redes sociales es examinada en el libro de Woodward, que nota que líderes de seguridad nacional temen y le han advertido a Trump que “Twitter podría meternos en un guerra”.

Woodward caracteriza al presidente como alguien que prioriza la seguridad nacional en términos de déficits comerciales a expensas de mantener las tropas de Estados Unidos en el exterior. Preguntando por qué Estados Unidos tiene que pagar por una gran presencia de tropas en Corea del Sur, Mattis le habría dicho al presidente: “Estamos haciendo esto para evitar la tercera guerra mundial”.

El libro de Woodward, quien comparte el Pulitzer de 1973 por su historia del escándalo de Watergate, contiene ecos contemporáneos de la paranoia y rabia de la Casa Blanca de Nixon, con Trump reaccionando a la investigación sobre Rusia diciendo, “Todo el mundo quiere atraparme”.

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