Antes de la visita de Barack Obama a Cuba, el Partido Comunista de Cuba quiso dejar claro que el presidente estadounidense será bienvenido, pero que este acercamiento no significa “renunciar a los principios revolucionarios y antimperialistas”.
A través de un editorial publicado en el diario oficial Granma, el gobierno Cubano reiteró que el presidente de Estados Unidos será tratado con respeto y con toda la consideración pertinente, sin pretender que para ello “tengamos que renunciar a uno solo de nuestros principios, ceder un ápice en su defensa”.
Al mismo tiempo, Cuba expresó su plena disposición a continuar con el diálogo para desarrollar relaciones de "convivencia civilizada" e indicó que la visita de Obama “forma parte del proceso hacia la normalización de los vínculos bilaterales, que apenas se inicia y que ha avanzado sobre el único terreno posible y justo: el respeto, la igualdad, la reciprocidad y el reconocimiento de la legitimidad de nuestro gobierno".
El gobierno cubano considera que la visita de Obama permitirá al mandatario estadounidense ver de cerca cómo camina el país enfrascado en su desarrollo económico y social, y en el mejoramiento del bienestar de sus ciudadanos