Conmovidos por el dolor que produce la separación de familias, los obispos católicos se congregaron en Washington para compartir de primera mano con los legisladores estadounidenses el sufrimiento que atraviesan millones de indocumentados.
Los obispos se congregaron en la iglesia St. Peter para oficiar una misa en nombre de los inmigrantes y luego se dirigieron al Congreso para visitar a los legisladores estadounidenses, en especial a los republicanos para tratar de convencerlos que sometan a votación una ley de inmigración cuanto antes.
Durante la homilía el Arzobispo Wenski dijo que Estados Unidos no puede aceptar el trabajo y el pago de impuestos de inmigrantes indocumentados sin ofrecerles protecciones ante la ley.
“Nuestro sistema de inmigración es una mancha en el alma de nuestra nación. Como un asunto moral éste debe ser cambiado. Debemos orar para que nuestras autoridades electas así lo reconozcan y tengan el coraje de reformarlo”, dijo el Arzobispo Wenski.
Los religiosos también tuvieron la oportunidad de conversar con los llamados soñadores, quienes compartieron sus historias de lo que representa para ellos haber llegado de niños, no tener documentación y vivir con el miedo de la separación de sus padres en un país al que consideran su hogar.
El "tiempo de actuar es ahora", dijo el obispo Eusebio Elizondo de Seattle y presidente del comité de inmigración de la Conferencia de Obispos Católicos (USCCB, por sus siglas en inglés).
"Estamos aquí para tratar de convencer sobre la urgencia moral a nuestras autoridades electas. Un retraso más es inaceptable", expresó Elizondo.
La visita de los obispos a Washington coincide con el anuncio del presidente Obama sobre la postergacipon de la revisión de las políticas de deportaci[on para dejar el terreno libre a los republicanos en la Cámara para que puedan actuar antes del receso de verano.
Los obispos se congregaron en la iglesia St. Peter para oficiar una misa en nombre de los inmigrantes y luego se dirigieron al Congreso para visitar a los legisladores estadounidenses, en especial a los republicanos para tratar de convencerlos que sometan a votación una ley de inmigración cuanto antes.
Durante la homilía el Arzobispo Wenski dijo que Estados Unidos no puede aceptar el trabajo y el pago de impuestos de inmigrantes indocumentados sin ofrecerles protecciones ante la ley.
“Nuestro sistema de inmigración es una mancha en el alma de nuestra nación. Como un asunto moral éste debe ser cambiado. Debemos orar para que nuestras autoridades electas así lo reconozcan y tengan el coraje de reformarlo”, dijo el Arzobispo Wenski.
Los religiosos también tuvieron la oportunidad de conversar con los llamados soñadores, quienes compartieron sus historias de lo que representa para ellos haber llegado de niños, no tener documentación y vivir con el miedo de la separación de sus padres en un país al que consideran su hogar.
El "tiempo de actuar es ahora", dijo el obispo Eusebio Elizondo de Seattle y presidente del comité de inmigración de la Conferencia de Obispos Católicos (USCCB, por sus siglas en inglés).
"Estamos aquí para tratar de convencer sobre la urgencia moral a nuestras autoridades electas. Un retraso más es inaceptable", expresó Elizondo.
La visita de los obispos a Washington coincide con el anuncio del presidente Obama sobre la postergacipon de la revisión de las políticas de deportaci[on para dejar el terreno libre a los republicanos en la Cámara para que puedan actuar antes del receso de verano.