Las divisiones en la política estadounidense no parecen estar confinadas al Partido Republicano. Dos de los grupos más leales al Partido Demócrata, sindicatos de la construcción y ambientalistas, se encuentras enfrentados sobre la mejor forma de derrotar a Donald Trump.
De acuerdo al New York Times, una parte del movimiento sindical aglutinado en el poderoso A.F.L.-C.I.O. —cada vez con menos dinero e influencia— ha unido fuerzas con el millonario ambientalista Tom Steyer, para ayudar a financiar la campaña demócrata en contra del magnate de los bienes raíces, y presunto nominado por el Partido Republicano.
El problema es que los ambientalistas se oponen a muchos de los proyectos de infraestructura —como los oleoductos— que pueden crear empleos en Estados Unidos.
Steyer, por ejemplo, fue uno de los que se opusieron a la construcción del oleoducto Keystone; el sindicato de trabajadores de la construcción, por su parte quería que se aprobara. El presidente Barack Obama no autorizó su construcción.
Dos cartas separadas, enviadas a los nuevos aliados de Steyer y conseguidas por el Times, expresan, en una, su “tristeza” por la pérdida de rumbo del sindicato, y en la otra, su sensación de que han sido traicionados a cambio de “dinero desesperadamente” necesitado.
Se estima que las mujeres, las minorías y los sindicatos serán clave para una victoria de Hillary Clinton en noviembre.
La campaña populista de Trump, en cambio, está basada en sus críticas a los tratados de libre comercio, la fuga de empleos al extranjero, la inmigración ilegal que hace bajar los salarios y desestima las preocupaciones de los ambientalistas.
Sus temas pueden llegar a atraer a los sindicalistas desencantados, a los blancos y a la clase media, afectada por los bajos salarios y la falta de empleos.