La estatal petrolera venezolana PDVSA está lidiando con una nueva alza en sus inventarios mientras el gigante energético ruso Rosneft sigue sin confirmar si tomará los embarques de crudo que estaban programados para este mes, según datos y fuentes con conocimiento de la situación.
La unidad de Rosneft con sede en Ginebra Rosneft Trading SA fue sancionada en febrero por Estados Unidos por actuar como intermediaria de las ventas de crudo venezolano a clientes en Asia mientras ocultaba el país de origen.
El Tesoro de Estados Unidos fijó un plazo hasta el 20 de mayo para que las empresas petroleras culminen transacciones de compra de crudo con la estatal venezolana.
Tras el anuncio, Trafigura dijo que suspendería los negocios con la unidad de Rosneft sancionada, creando complicaciones para sus transacciones comerciales.
Rosneft Trading y otra unidad de Rosneft, TNK Trading, recibieron el año pasado más de un tercio de las exportaciones petroleras de Venezuela, principalmente para revender cargamentos a compradores asiáticos, convirtiéndose en los intermediarios más grandes del petróleo de la estatal venezolana, según documentos de PDVSA y datos de seguimiento de buques de Refinitiv Eikon.
Sin embargo, en los últimos días, la incertidumbre sobre los embarques de crudo asignados a Rosneft para marzo ha dejado a varios buques anclados frente a aguas venezolanas en espera de instrucciones, según los datos y las fuentes.
Los retrasos están creando nuevos obstáculos para que PDVSA almacene la producción de su variedad insignia de crudo para exportación: el crudo pesado Merey 16, según los datos.
Los inventarios totales de crudo de Venezuela aumentaron esta semana en aproximadamente 1 millón de barriles a 35,2 millones de barriles, rompiendo cinco meses de caída consecutiva, según cifras de la firma de inteligencia de mercado Kpler.
“Nadie quiere tomar los cargamentos. Estamos llenos de Merey y Rosneft no ha confirmado los embarques que les hemos ofrecido”, dijo un ejecutivo de PDVSA, que pidió no ser identificado debido a lo delicado del asunto.
“Ni siquiera están respondiendo a nuestros correos”, agregó la fuente.
PDVSA y Rosneft no respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Si continúa, el aumento de las existencias petroleras podría afectar nuevamente la producción de crudo de Venezuela.
PDVSA se vio obligada a reducir producción el año pasado cuando los inventarios de crudo alcanzaron un pico de 39,8 millones de barriles tras el anuncio de Washington en agosto de sanciones secundarias, que causaron la suspensión de los contratos de suministro directo entre PDVSA y las empresas chinas CNPC y PetroChina.
La crisis de almacenamiento se alivió luego de que Rosneft y otros compradores intervinieran como intermediarios de ventas.
El cronograma de embarques de PDVSA para este mes desde Jose, su principal terminal petrolero, lucía parcialmente vacío, con solo siete cargas confirmadas hasta el 4 de marzo.
Según los datos de Eikon, aproximadamente la mitad de los buques confirmados esperan instrucciones mientras están anclados frente a Trinidad y en el mar Caribe.
El crudo Merey 16 es producido por PDVSA y sus empresas mixtas en la región petrolera más grande de Venezuela, la Faja del Orinoco, al mezclar crudo extrapesado con petróleo más liviano.
Rosneft ha sido el principal receptor de este crudo desde que Washington impuso hace un año las sanciones más duras hasta ahora a PDVSA.