La crisis sanitaria del coronavirus ha afectado a toda la región latinoamericana y sus países están tomando medidas para frenar la propagación de la pandemia, pero en las últimas semanas han llegado insumos, material médico, respiradores y mascarillas procedentes de China y, en muchas ocasiones, en forma de donación.
¿Con qué intención? La directora del Programa Asia y Latinoamérica en Diálogo Latinoamericano, Margaret Myers, aseguró en una entrevista con la Voz de América que “hay un esfuerzo por influenciar en la narrativa sobre China y el COVID-19” y eso se está llevando a cabo con la denominada “diplomacia médica china”.
“China no quiere que la gente piense que ellos tienen la culpa del virus, por no haber actuado antes ante esta pandemia, que es lo que dice Estados Unidos”, señala.
Precisamente esta misma semana, el presidente estadounidense, Donald Trump, criticó la gestión de la administración asiática señalando a su “incompetencia” y acusando al gobierno de Beijing de ser el culpable de “una matanza mundial”.
Pero esa “nueva diplomacia” no es autoría exclusiva del gobierno chino: también existen compañías privadas que han enviado material desde China a otras naciones latinoamericanas con otras intenciones más allá de las solidarias.
El sector privado también se suma
Es el caso de la empresa tecnológica Huawei, que ya cuenta con una fuerte presencia en la región. El gigante de telecomunicaciones ha enviado equipos de tecnología de diagnóstico y de inteligencia artificial que aún no existen en América Latina, según Myers.
“Piensan que esta es una manera de ayudar a la gente de varios países en la región, pero también de crear un mercado para esos equipos y esas tecnologías, y crear nuevos lazos con la población y el gobierno”, relata la experta en temas asiáticos y latinoamericanos.
Este tipo de donaciones se hace en todas las escalas y territorios: desde capitales hasta las poblaciones más pequeñas.
Los más beneficiados
Myers, que lleva una década al frente de este departamento en Diálogo Interamericano, aseguró que “prácticamente todos los países de América Latina” han recibido material sanitario, aunque algunas islas del Caribe podrían no haberse beneficiado todavía.
México y Argentina son los países que más material habrían recibido del gobierno chino. Venezuela, además de utilizar los equipos sanitarios, también ha dado la bienvenida a algunos médicos de China que, de acuerdo con Myers, viajaron a Caracas “para ofrecer su ayuda” en esta pandemia.
En Cuba, dice la experta, se han hecho donaciones “bastante grandes, como ambulancias”. Pese a eso, no existe ningún informe oficial al respecto que detalle el nivel de transacciones entre China y los países latinoamericanos.
No obstante, Margaret Myers aseguró que es la primera vez que se ha visto este tipo de movimientos por parte del gobierno de Beijing en la región.
“Se habían visto envíos de donaciones a Haití después del terremoto, o en Perú o Ecuador, pero nada a esta escala: es una crisis enorme y China puede ayudar con algunas donaciones”, recalca convencida de que estas ayudas “no van a resolver el problema porque es una crisis mucho más grande”.
La calidad de los equipos
Una de las preocupaciones es la calidad de los productos de los envíos procedentes de China. Si bien se han reportado algunos problemas en Argentina con unos respiradores, no hay informes oficiales que revelen que eso haya sido así.
Sin embargo, España reportó que había adquirido unos kits de pruebas en China que resultaron defectuosos y tuvieron que ser devueltos al país asiático. Más allá de eso, poco se sabe de la efectividad de estos productos sanitarios.
“China ve oportunidades por todos lados”
¿Hay alguna intención más de lo puramente solidario en estas donaciones? Myers lo tiene claro: “El interés más importante es el económico”.
“Lo que sí puede hacer (China) es aliviar la deuda que tiene con algunos países de la región, por ejemplo, con Venezuela, Argentina o Ecuador”, dice la experta.
El objetivo geopolítico para controlar la región latinoamericana también podría ser uno de los motivos principales de esta oleada solidaria por parte de la administración de Xi Jinping.
“Quieren buscar materias primas que la región tiene en grandes cantidades, pero también en mercados y la capacidad de hacer un tipo de negocio o inversiones en sectores estratégicos”, señaló.
En ese sentido, explica Myers, la actividad de China se expande “en casi toda la región”, sin importar “la salud de la economía ni el nivel de crecimiento”. “China ve oportunidades por todos lados y tiene otra manera de medir el riesgo”, sostiene.
Hace pocos días, el jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el Almirante Craig Faller, hizo una mención a los movimientos de China en Latinoamérica.
El alto funcionario señaló que su estrategia pasa por “crear el mejor equipo” y “mantener a los aliados en el hemisferio” para hacer frente a estas “amenazas” de China.
Con todo, Robert Evan Ellis, exfuncionario del gobierno de Estados Unidos e investigador en materia latinoamericana en el Instituto de Estudios Estratégicos, señaló que, tras la crisis, es un posible ver “un triángulo entre China, el Fondo Monetario Internacional y los países de Occidente” en tanto que el país asiático, dice, estará muy dispuesto a aumentar la deuda latinoamericana y ofrecer más préstamos.
Sin embargo, la Unión Europea puede jugar un papel muy importante en todo este proceso ya que podría mediar en este escenario y, según Evan Ellis, servir “de contrapeso” económico.
“A corto plazo, la Unión Europea va a perder mucho interés en su interacción con América Latina, pero a largo plazo Europa podría ser un contrapeso a los préstamos chinos”, apostilló advirtiendo que “no es un juego sencillo, sino es un juego con múltiples actores”.
(Con reporte adicional del Programa Foro Interamericano, de la VOA)