Más de 90.000 guatemaltecos han sido deportados de EE.UU. en 2019, y cada uno tiene una historia distinta. Un estudio realizado por la Universidad Rafael Landívar revela que muchos de los migrantes consideran que, al volver a su país, regresan “otra vez a lo mismo”.
Así lo señaló Lisbeth Gramajo al presentar un estudio realizado recientemente en Guatemala, acerca de la realidad que afrontan miles de guatemaltecos al retornar después de emprender el viaje hacia Estados Unidos de forma ilegal.
El documento reúne historias de emigrantes retornados, después de una investigación de dos años por parte del Instituto de Investigación y Proyección, sobre dinámicas territoriales, de la Universidad Rafael Landívar. La investigación también expone los desafíos de quienes regresan a su tierra natal.
“Hay muchísimos desafíos, desde la reinserción laboral pero también en el caso de niños y adolescentes la reinserción educativa también la reintegración comunitaria, familiar, el apoyo psicosocial, una serie de desafíos que tienen que enfrentar las personas que regresan a país”, afirmó Gramajo.
Cada año, se incrementa la cifra de personas retornadas, algunas deportadas y otras que regresan voluntariamente. La investigadora afirma que resaltan las historias de quienes son detenidos en las famosas redadas y de los llamados “dreamers” o “soñadores” que vuelven a un país con un contexto totalmente distinto.
“Los dreamers regresan a un país que no conocen porque se fueron siendo muy niños. Entonces son jóvenes que hablan muy bien el inglés, algunos de ellos se emplean en centros de llamadas, pero (son) jóvenes que no conocen su país”, relató Gramajo.
Las historias se centran en emigrantes del altiplano occidental, que es la región con mayor afluencia de deportados, según las estadísticas de la dirección general de migración y que, en 2019, superan los 90.000.