El 17 de febrero, un pequeño grupo de neonazis, llamado Blood Tribe, marchó por el centro de Nashville, Tennessee.
Blood Tribe es un grupo neonazi marginal que se formó en línea en 2021. Ha realizado varias marchas en Estados Unidos, cada una de las cuales atrajo a decenas de participantes, como máximo.
Rusia utilizó la marcha para difundir la línea propagandística de que Occidente apoya el nazismo.
En una publicación de Telegram el 18 de febrero, la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zakharova, escribió:
“Aquí hay un claro ejemplo de cómo la ‘libertad de expresión y reunión’ se respeta y no se viola en Estados Unidos: el grupo neonazi Blood Tribe marchó ayer en Nashville desde el Capitolio estatal local hasta el centro”.
“Por supuesto, todos guardarán silencio. Y la Casa Blanca y numerosas organizaciones públicas. Israel también guardará silencio. Se supone que se trata de otra cosa y no del nazismo y el racismo”.
Ella continuó: “Miren bien, nadie llama a la policía: libertad, cada uno hace lo que quiere. Resulta que esto se aplica exclusivamente a las fuerzas del mal, como el neonazismo, los experimentos de género con niños, la legalización de las drogas, el satanismo, etc.”
Las acusaciones de Zakharova son falsas.
A pesar de la retórica "anti-nazi" de Moscú, Rusia tiene un historial bien documentado de respaldo a movimientos violentos de extrema derecha en todo el mundo.
Los analistas de War on the Rocks escribieron en marzo de 2022 que "el apoyo de Rusia a la extrema derecha transnacional sigue siendo un facilitador clave del movimiento global".
The Russian Imperial Movement es un grupo paramilitar neonazi que opera desde Rusia y ha sido un instrumento de violencia política en Rusia y Europa. Estados Unidos y Canadá lo han designado como un grupo terrorista.
"Con la aprobación tácita del Kremlin, el grupo ha construido eficientemente una infraestructura que le ha permitido expandir su red y entrenar a agentes terroristas, así como facilitar la guerra del Kremlin en el este de Ucrania", dice el análisis.
Añadió que el grupo neonazi estadounidense Base, designado grupo terrorista por el Reino Unido, Canadá y Australia, había "encontrado un hogar en Rusia".
Contrario a lo que afirma Zakharova, la marcha de Nashville fue ampliamente condenada por funcionarios estatales y locales de todos los partidos.
El gobernador de Tennessee, Bill Lee, un republicano, escribió en X:
“El nazismo y el antisemitismo nunca deben tolerarse de ninguna forma. Mientras el pueblo judío en todo el mundo continúa enfrentando persecución, Tennessee permanece inquebrantable en nuestro apoyo a la nación de Israel y su pueblo”.
El representante estatal William Lamberth, también republicano, dijo:
"Váyanse, matones nazis. Esto es Tennessee y NO son bienvenidos aquí. Por cierto, ¿por qué no muestran sus caras para que todos podamos ver quiénes son? Apostaría a que ninguno de ustedes es de ningún lugar cercano de aquí".
La representante estatal Jody Barrett, republicana, dijo:
"Este es un espectáculo de payasos falsos hecho para hacer clicks. Estos idiotas son artistas pagados o personas de bajo coeficiente intelectual que necesitan regresar a los sótanos de sus madres. De cualquier manera, son dignos de todo el ridículo y el desprecio que podamos generar”.
El fiscal general de Tennessee, Jonathan Skrmetti, un republicano, dijo:
"Nuestros hermanos y hermanas judíos en Tennessee y en todo el mundo siempre tendrán el apoyo inquebrantable de esta Oficina contra el antisemitismo".
Los políticos demócratas también condenaron la marcha, aunque algunos culparon a sus colegas del otro lado del pasillo por fomentar un clima en el que tales marchas pudieran tener lugar.
La representante estatal Aftyn Alyssa Behn, demócrata, escribió en X:
“[N]uestra oficina está monitoreando de cerca la manifestación nazi en el centro de la ciudad; estos grupos que alguna vez fueron relegados a los rincones oscuros ahora se sienten capacitados para escupir abiertamente su ideología nociva debido a que el liderazgo de nuestro estado se niega a condenar sus discursos y acciones”.
El representante estatal Justin Jones, quien presenció y filmó a los manifestantes, escribió en X:
“Acabo de salir de un evento en honor a una hermandad de mujeres negras y hablé de la necesidad de unirnos contra la creciente ola de supremacía blanca, solo para enfrentarme a nazis que marchaban por el centro de Nashville.
"Esto es exactamente lo que mis colegas republicanos fomentan e invitan al discurso de odio".
Ese sentimiento fue compartido por el representante estatal Justin Pearson, un demócrata.
La marcha fue lo suficientemente pequeña como para que los manifestantes salieran en un camión U-Haul, esto respalda el argumento de Barrett de que podrían ser de fuera de la ciudad.
Mientras Zakharova dio a entender que la gente permaneció en silencio y consideró la marcha como un entretenimiento, la policía dijo que los manifestantes se marcharon después un "desafío".
Según los informes, el grupo también estuvo involucrado en una pelea, y el video de un hombre confrontando con fuerza a los manifestantes de Blood Tribe se ha vuelto viral, esto lo admitió Zakharova.
Regularmente se producen contramanifestaciones y escaramuzas más grandes en las manifestaciones de extrema derecha en Estados Unidos.
La pequeña escala de la marcha es probablemente la razón por la que no generó comentarios de la Casa Blanca o de Israel.
Contrariamente a lo que afirma Zakharova, las organizaciones políticas y religiosas de todo tipo en Estados Unidos son libres de ejercer su derecho a la libertad de expresión y de reunión.
Incluso, la Corte Suprema confirmó el derecho de la Iglesia Bautista de Westboro a hacer piquetes en funerales militares, al determinar que la iglesia estaba hablando de "asuntos de interés público". La Iglesia Bautista de Westboro ha protestado contra la homosexualidad durante décadas y sostiene que Dios está castigando a Estados Unidos por tolerar la homosexualidad.
Blood Tribe es conocido por interrumpir eventos orientados a la comunidad LGBTQ. La Alemania nazi también llevó a cabo una campaña de persecución contra los homosexuales, que incluyó el envío de miles de hombres homosexuales a campos de concentración.
La comunidad LGBT también es perseguida en Rusia, y el "movimiento LGBT internacional" ha sido designado organización extremista en el país, con personas procesadas simplemente por usar o exhibir arcoíris en línea.
Como el caso que involucra a la Iglesia Bautista de Westboro, las impugnaciones legales contra neonazis que realizan marchas o exhiben públicamente insignias nazis también tuvieron su día en los tribunales, específicamente, el fallo de 1977 del Partido Nacional Socialista de América contra Village of Skokie.
Los detalles de ese fallo son complicados, pero, en esencia, defendió el derecho a exhibir públicamente símbolos de odio y marchar en apoyo de ideologías relacionadas, por motivos de libertad de expresión.
También se permiten protestas en nombre de todas las causas políticas, incluido el apoyo al presidente ruso Vladimir Putin y la guerra de Rusia contra Ucrania.
La publicación de Zakharova en Telegram buscaba socavar la oposición de Estados Unidos a una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) redactada por Rusia contra la glorificación del nazismo.
Estados Unidos ha dicho que si bien “condena categóricamente la glorificación del nazismo”, la resolución de Rusia es un intento de manipular “el sistema de la ONU para difundir desinformación” y promover los objetivos geopolíticos rusos.
"Esto es más atroz ahora, cuando Rusia utiliza falsas acusaciones de nazismo para tratar de justificar su guerra de agresión contra Ucrania", dijo en noviembre pasado la embajadora Lisa Carty, representante de Estados Unidos ante el Consejo Económico y Social de la ONU, en comentarios para explicar la votación de Estados Unidos en contra de la resolución.
Rusia ha descrito falsamente a Ucrania como un Estado nazi y ha justificado su invasión militar de Ucrania como una operación para “desnazificarla”.
Los medios y funcionarios estatales rusos utilizan regularmente una retórica eliminativa contra el pueblo ucraniano, que según algunos expertos alcanza el nivel de intención genocida.
En línea con la retórica de Zakharova, el presidente ruso Vladimir Putin también ha enmarcado la invasión rusa de Ucrania como parte de una batalla contra el satanismo.
El Ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó que los líderes alemanes habían heredado “genes nazis”.
También provocó indignación en Israel y en otros lugares cuando se le preguntó cómo Rusia podría "desnazificar" Ucrania, si el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy es judío, y sugirió que el líder nazi Adolf Hitler "tenía orígenes judíos".
[El artículo fue originalmente publicado por Polygraph y traducido por Mila Cruz].
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