La reunión del Grupo de los 20 (G-20) concluyó en Corea del Sur con una tensa tregua en el debate sobre las diferencias de políticas monetarias.
Tras el encuentro en la ciudad surcoreana de Gyeongju, el comunicado final, discutido largamente entre los ministros de Finanzas del G-20, reveló el intento de las principales economías del mundo de reducir las tensiones entre Estados Unidos y China. También el comunicado refleja que la percepción de los países del G-20 es que la recuperación económica mundial es "frágil y desigual".
"Sobre las monedas, me habría gustado tener un progreso más sustancioso allí", dijo el ministro de Finanzas canadiense, Jim Flaherty, quien a la vez señaló los “intentos de retroceso de parte de China y también de algunos otros países. Creo que hay nerviosismo sobre la fragilidad de la recuperación económica", sostuvo.
El gobierno de Estados Unidos por su parte argumentó que los países con mayores superávits externos, en especial China, tenían que dejar que sus monedas se apreciaran, a la vez que Washington recibió críticas, por lo que el ministro de Economía de Alemania, Rainer Bruederle, llamó al alivio cuantitativo de la Reserva Federal estadounidense como un equivalente a manipular el tipo de cambio del dólar.
Tras el encuentro, varios ministros revelaron que no se sentían "exageradamente optimistas" de que los líderes del G-20 logren un acuerdo sobre metas más específicas en su cumbre del 11 y 12 de noviembre en Seúl.
