El expresidente de Estados Unidos Donald Trump se declaró el jueves "inocente" en un tribunal federal en Washington de cargos que lo acusan de intentar interferir y revertir los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.
Un gran jurado acusó a Trump de cuatro crímenes esta semana: conspiración contra los derechos de los ciudadanos, conspiración para defraudar a Estados Unidos, conspiración para obstruir un procedimiento oficial y obstrucción de un procedimiento oficial.
Trump y el fiscal especial Jack Smith, que también lidera otra investigación contra el exmandatario sobre el mal manejo de documentos clasificados, se encontraron en la sala del juzgado mientras se leían formalmente los cargos y se fijaban las condiciones a seguir en adelante.
Según pudo constatar la Voz de América desde dentro de la corte, el expresidente mantuvo una expresión sobria, con las manos sobre la mesa y solo habló en susurros con sus abogados John Lauro y Todd Blanche. Trump evitó mirar a Smith, hacia el que ha dirigido duras críticas en comunicados y publicaciones en redes sociales.
El proceso se demoró unos 15 minutos en comenzar, ante lo que Trump demostró su frustración agitando las manos nerviosamente y comentando sobre el silencio casi total en la sala. “Todo está muy tranquilo”, dijo en un susurro a su equipo legal.
Tres de los policías que defendieron el Capitolio durante el ataque del 6 de enero de 2021 también se encontraban en la audiencia. Daniel Hodges y Aquilino Gonnell resultaron heridos y Harry Dunn fue perseguido por manifestantes violentos en el inédito asalto al Congreso, por el que Trump fue señalado como principal responsable por un comité especial del Congreso de EEUU.
Durante el proceso, al exmandatario de 77 años se le preguntó la edad, su condición de salud y si había tomado algún medicamento previo a la sesión. Mientras se leían los cargos que enfrenta, Trump mantuvo una pose cerrada y las manos apretadas mirando en silencio a la magistrada Moxila Upadhyaya.
La corte fijó para el 28 de agosto la fecha de la primera audiencia, en la que no será necesaria la presencia de Trump y usualmente se utiliza para dejar programado el calendario a seguir y ajustar otros procedimientos. Esta sesión preliminar transcurrirá solo cinco días después del primer debate republicano en el que participarán varios aspirantes a la nominación del partido a las presidenciales de 2024.
Después de cerca de media hora dentro de la sala, Trump retornó en su caravana para abordar su avión de regreso a Nueva Jersey. Los autos que escoltaban al expresidente lo condujeron directamente hasta el aeropuerto Ronald Reagan, en Arlington, Virginia, a diferencia de lo sucedido en Miami, donde el exmandatario y candidato a la presidencia en 2024 hizo una parada en un famoso restaurante cubanoamericano para dejarse arropar por sus seguidores en lo que se asemejó a un acto de campaña.
Al salir del auto en una tarde lluviosa de verano, su ayudante Walt Nauta, acusado junto a Trump en el caso del manejo de documentos clasificados en Miami; le sostuvo el paraguas hasta que el expresidente lo tomó y se dirigió a la prensa reunida en la pista del aeropuerto.
“Es un día triste para Estados Unidos”, dijo Trump en unas breves reacciones, instantes antes de subir a bordo de su avión. El exmandatario repitió sus acusaciones a la Administración Biden por lo que llamó “persecución de un contrincante político”.
Retorno a la capital
El expresidente de Estados Unidos Donald Trump había llegado a Washington poco antes, este mismo jueves, para escuchar los cargos en su contra.
Trump arribó en su avión personal a la capital estadounidense vestido con un traje azul marino y una corbata roja, como es costumbre en él. El exmandatario lucía semblante sobrio y se limitó a saludar mientras bajaba la escalerilla, articulando un "gracias" a quienes lo esperaban en el cerca del aeropuerto Reagan.
Tras recorrer las principales vías de la capital, la caravana de vehículos en la que viajaba Trump llegó a los tribunales, muy cerca también del Capitolio, principal escenario del asalto perpetrado por simpatizantes del exmandatario el 6 de enero de 2021 para intentar detener la confirmación de Joe Biden como presidente electo.
Al igual que en sus apariciones anteriores, a Trump le fueron tomadas las huellas dactilares y se le leyeron los cargos, de acuerdo con el protocolo establecido. Al igual que en las otras dos ocasiones, no se le tomó una foto policial. El edificio en el que compareció fue sede del proceso contra los implicados en el escándalo Watergate que le costó la presidencia a Richard Nixon.
Los alrededores de la corte permanecían bajo una fuerte vigilancia de la policía de Washington y el Servicio Secreto. Un gran número de periodistas, manifestantes y curiosos se acercaron al juzgado desde horas de la tarde del miércoles.
Como ya ha ocurrido en apariciones anteriores de Trump ante juzgados en Nueva York y Miami, docenas de simpatizantes y detractores se reunieron desde la mañana de este jueves en los alrededores de la corte federal en Washington para expresar su sentir acerca del expresidente, una de las figuras más polarizantes en la dividida política estadounidense.
Según pudo constatar la VOA, en las inmediaciones del tribunal, un grupo de personas celebraban la acusación con música y una bandera en la se podía leer en inglés "Gira de acusaciones de Trump", comparando irónicamente las comparecencias de Trump en otros dos procesos criminales a un tour musical. Por otro lado, también se podía ver a seguidores del exmandatario, principalmente ataviados con los colores de la bandera.
“Donald Trump es un hombre muy honesto, es un hombre que defiende la constitución norteamericana, es un hombre que defiende la libertad, que tengamos armamento para protegernos de la criminalidad, y para proteger nuestra libertad de expresión para poder decir lo que pensamos”, indicó Daniel Dehouda, uno de los manifestantes a favor del expresidente.
Otro simpatizante, que no se identificó, advirtió que “los demócratas de hecho están impulsando la campaña” de Trump por la presidencia en 2024. “Entonces, gracias por otra acusación”, aseguró.
La popularidad de Trump como el favorito a la nominación presidencial republicana no ha sufrido con los múltiples cargos que enfrenta. De acuerdo con analistas, el expresidente ha logrado mantener sus índices asegurando a sus seguidores que estas son pruebas de la persecución política de la que es objeto e insistiendo, sin base, que un ataque contra él significa un ataque contra los votantes.
“Creo que Trump y sus partidarios representan una amenaza real y seria para nuestra democracia… creo que los eventos del 6 de enero fueron su responsabilidad, en última instancia, yo estaba en el Capitolio el 6 de enero. Tenía un letrero como este. Y me asaltaron. Rompieron mis carteles, me asaltaron y me dijeron que tal vez era mejor que me fuera”, recordó por su parte Niky Sundt, un detractor del exmandatario.
Más crítico, Dominic Santana, subrayó a la VOA que quiere que “el mundo sepa que Donald Trump es un ladrón, que es un criminal”.
[Colaboraron en esta nota los reporteros de la VOA en Washington, Divalizeth Cash, Jaime Moreno, Júlia Riera, Carolina Valladares]
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