Donald Trump regresó al Tribunal Supremo estatal en su tercer día de juicio civil. Aunque se retiró en el receso del medio día, esta vez reclamó tener un jurado para su caso.

“Este juicio es una total cacería de brujas y yo debería tener derecho a un jurado como todos los demás tienen derecho a un jurado. No tener un jurado. Es ridículo", aseveró Donald Trump.

Por ser un juicio civil que se refiere a daños económicos, el juez tiene la potestad de decidir sobre la responsabilidad de los acusados, Donald Trump, sus hijos mayores y su organización. La fiscal del estado busca multarlos con 250 millones, lo que implicaría que perdiera el control de algunas de sus propiedades, además de prohibirles hacer negocios en el estado de Nueva York.

“A esas entidades se les revocaría el derecho a hacer negocios. El tribunal nombraría un responsable de administrar las propiedades. A largo plazo normalmente no continúan operando el negocio, venden los activos y luego utilizan el producto de las ventas para satisfacer las reclamaciones de los acreedores. Es análogo a una fiduciaria por bancarrota”, explicó la abogada Lisa Renee Pomerantz.

En el curso del juicio civil, el equipo defensor de Trump apeló ante un tribunal de apelaciones la decisión de la semana pasada del juez Arthur Engoron de que él y su familia cometieron actos fraudulentos al inflar el valor de varias propiedades. Antes de partir para su casa de Mar-At-Lago en la Florida, Trump se dirigió al a prensa sobre la elección de un nuevo presidente de la Cámara de representantes.

“Estoy ganando como 50 puntos para Presidente. Mi enfoque está totalmente en eso. Si puedo ayudarlos durante el proceso, lo haría. Pero tenemos gente estupenda en el Partido Republicano que podría hacer un gran trabajo como Presidente de la Cámara de representantes”, continúo Trump.

El juicio podría extenderse hasta el próximo 22 de diciembre. Ángela González, Voz de América, Nueva York.