Ucrania necesita urgentemente más sistemas de defensa aérea de Occidente, indica un nuevo informe, que advierte que Rusia podría tratar de repetir las tácticas que utilizó en Siria para bombardear ciudades ucranianas.
El análisis del Royal United Services Institute del Reino Unido precisa que en los primeros días de la invasión, en febrero y marzo pasados, los cielos sobre Ucrania estaban en gran parte desprotegidos debido a que los sistemas de defensa aérea del país fueron suprimidos en los ataques iniciales rusos.
"Durante este período, los aviones de combate ucranianos infligieron algunas pérdidas a los aviones rusos, pero también sufrieron graves bajas debido a que fueron totalmente superados tecnológicamente y en número", explica el informe.
Después de varios días, sin embargo, Ucrania fue capaz de desplegar y activar sus defensas aéreas. Desde entonces, las fuerzas ucranianas han derribado docenas de aviones de combate, helicópteros, otros aviones y misiles rusos, señala el coautor del informe, Justin Bronk.
"La Fuerza Aérea rusa conserva una gran cantidad de potencia de fuego. Simplemente no puede usarlo de manera efectiva en este momento porque Ucrania todavía les impide el acceso al espacio aéreo ucraniano a un nivel muy bajo, porque todavía tienen estos sistemas de misiles tierra-aire. Pero las existencias ucranianas de misiles para la defensa aérea no estaban destinadas a durar tanto tiempo. Ha habido un uso de muy alta intensidad durante mucho tiempo", dijo Bronk a la Voz de América.
Mientras tanto, Rusia está utilizando drones de fabricación iraní y ataques con misiles de largo alcance para golpear las ciudades y la infraestructura de Ucrania. El informe dice que esto marca un cambio en las tácticas de las fuerzas armadas rusas.
"La última iteración es un bombardeo más enfocado y sostenible a la red eléctrica ucraniana, mezclando cientos de municiones merodeadoras Shahed-136 baratas suministradas por Irán contra subestaciones, con el uso continuo de misiles balísticos y de crucero contra objetivos más grandes".
Bronk dijo que Occidente no debe caer en la complacencia sobre la necesidad de reforzar urgentemente la capacidad de defensa aérea ucraniana.
"Occidente realmente necesita enfocarse en entregar municiones adicionales y, finalmente, en el reemplazo de algunos sistemas con sistemas que podamos apoyar más fácilmente, porque, por supuesto, estos son sistemas de la era soviética que no usamos en Occidente", agregó Bronk.
Apoyo de Occidente
Las naciones occidentales han suministrado varios sistemas de defensa aérea a Kiev. El ministro de Defensa de Ucrania dijo este lunes que su país había recibido los primeros Sistemas Avanzados Nacionales de Misiles Tierra-Aire (NASAMS) desarrollados conjuntamente por Estados Unidos y Noruega. Kiev también ha recibido misiles tierra-aire Aspide, de fabricación italiana.
"La prioridad número 1 son los sistemas de defensa aérea. Nuestros socios lo saben muy bien", dijo el lunes el ministro de Defensa ucraniano, Oleksiy Reznikov.
Alemania envió un sistema de defensa aérea Iris-T el mes pasado y está suministrando docenas de tanques antiaéreos Gepard. Francia ha enviado su sistema de defensa aérea "Crotale".
Los autores del informe dicen que Ucrania necesita más de Occidente. Los aviones de combate avanzados crearían un elemento disuasorio importante, señaló Bronk.
"La provisión de aviones de combate occidentales también será un gran alivio para Ucrania en términos de poder mantener atrás a la Fuerza Aérea rusa.
La Fuerza Aérea rusa ha sido extremadamente reacia al riesgo a lo largo de esto. Y así, incluso un pequeño número de combatientes occidentales equipados con misiles y radares que pueden enfrentarse a los combatientes rusos en términos relativamente iguales (...) sería una fuerza disuasoria realmente valiosa", indicó Bronk a VOA.
Precisó que la probable consecuencia de que Rusia obtenga el control de los cielos es trágicamente evidente.
"Sabemos lo que sucede en Siria cuando la Fuerza Aérea rusa es capaz de atacar con relativa impunidad desde altitudes medias y altas: bombardeos a gran escala con muchas bombas no guiadas, no solo en posiciones de primera línea sino también en ciudades sitiadas. Recordamos Alepo y Homs".
Esas ciudades fueron casi destruidas por los ataques aéreos del gobierno ruso y sirio en 2015 y 2016 en el apogeo de la guerra civil. Decenas de miles de personas murieron, lo que obligó a retirarse de las fuerzas rebeldes.
A medida que las fuerzas terrestres de Rusia se ven obligadas a retroceder en el este de Ucrania, los analistas temen que el Kremlin quiera repetir las tácticas utilizadas en Siria en las ciudades ucranianas.
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